jueves, octubre 27, 2011

A Mariela Castro le divierte el alquiler de vaginas.

Muchos se han escandalizado con el nuevo vídeo de Radio Netherland donde nuestra princesa heredera se pasea por el Barrio Rojo de Amsterdam, tomando experiencias de la pulcra prostitución holandesa. Lo más obvio resulta la doble función de alguien que, por un lado, representa al Centro Nacional de Educación Sexual y por el otro, al clan familiar de los dictadores, o lo que es lo mismo, juez y parte en la represión al jineterismo nacional.

Yoani Sánchez ha dejado un comentario en Facebook desde celular, relativo al mismo vídeo: “GY Mariela Castro en el Barrio Rojo de Amsterdam, y a mí no me dejan salir de Cuba. ¿Cuestión de linaje?...”

Pero lo que a mí más me ha llamado la atención del vídeo, ha sido un diálogo de la hija de Raúl Castro con una de las representantes del sexo rentado holandés. Mariela, entre risas, le dice: “En Cuba yo he conocido, por ejemplo, gente que dice ‘Necesito arreglar el baño y no tengo dinero’, entonces le da el servicio sexual al albañil hasta que este le termina el baño…

La historia probablemente sea cierta, aunque el “yo he conocido” de Mariela pudiera ser un eufemismo de aristócrata, y más bien se trate de un relato de oídas, recibido acaso de boca de alguna de sus protegidas travestis revolucionarias del malecón, redimidas o aún en el limbo. Lo curioso de esto es la manera solazada en la que la hija más conocida del dictador regente – una especie de Aisha Gadafi en pleno auge, casada con un italiano y con licencia para hablar a nombre del país – cuenta como en Cuba es muy normal que una mujer (una mujer no prostituta), bajo determinadas circunstancias, pueda usar su vagina como moneda de cambio, a falta de una moneda de más valor.

Más allá de la represión simulada que sufre la prostitución, con el probado proxenetismo de las autoridades y las redadas esporádicas para salvaguardar la moral socialista, las palabras de Mariela Castro en el Barrio Rojo de Amsterdam parecen una burla a la propia mujer cubana, esa que supuestamente su madre, la fallecida Vilma Espín, protegía del deshonor y la ignominia en su organización castro-feminista.

Pero por más que le doy vueltas a esa conversación, por más que la regreso y trato de encontrarle el chiste al cuento de la compatriota que tiene que ofrecer favores sexuales a un albañil para que este le arregle el baño, todavía no alcanzo a comprender de qué se ríe Mariela Castro Espín. Debe ser que mi sentido del humor ya no es el mismo de antes.

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5 comentarios:

Tenchy Tolón dijo...

Me ha gustado ver la manera como ellas hacen su trabajo sexual"!"Dignificar y hacer valer el trabajo que hacen!!!
OH mi dios que es esto! PERO QUE ES ESTO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Wichy tengo verguenza ajena.

Anónimo dijo...

Querida Tenchy, respondiendo a tu PERO QUE ES ESTO!!!!!!!!!!! te diré que en muy breve espacio veras un "BARRIO ROJO" (hermano del chino) en La Habana, con guirnaldas, tafetán rojo, velas, incienso, y mulatas, todo ello aderezado con un sistema de impuestos que ayude a palear las necesidades de la maltrecha economía.
Por eso la visita de Princiesa Mariela a Amsterdam.

Isabel dijo...

Ella hace tiempo se esta haciendo la payasa, como en un personaje de que los fidelistas son simpaticos y risueños, y los demás unos monstruos antipaticos, pero esta vez se le fue la chaveta por cretina y metio la pata con el chistecito ese de tan pesimo gusto. Es una cinica y una hijita de papa que no puede negar la esencia vil de su apellido. Para ellos la democracia es una broma.

Anónimo dijo...

Más vergüenza todavía para la princesa: no sabe ni pitoche de inglés, está perdida en medio de la traducción como una idiota, y se supone que esta es una representante internacional de Cuba y supuestamente educadita por lo mejor de la nata de aristocracia comunista, es una ridícula.

Fermina dijo...

Simplemente, ridicula, payasa, ignorante...
Si, de verdad que no se como tiene estomago aun ella para reirse, en fin de todo aquello que ella no alcanzara nunca a comprender.
Muy buen post.
Saludos,