sábado, julio 23, 2011

Don Ricardo Palma y La Pinga del Libertador.

En pleno apogeo del llamado “socialismo del siglo XXI”, aparentemente inspirado en la herencia redentora de Simón Bolívar, cabía esperar que la antropología platanera nos deparase una sorpresa singular a los cubanos: el Libertador fue el primero en el mundo que mandó a alguien para la pinga.

El hecho es rigurosamente cierto. Don Ricardo Palma (Lima 1833 – Miraflores 1919), escritor, político y aventurero, en uno de sus relatos llamado La Pinga del Libertador (que forma parte de su libro Tradiciones en salsa verde), cuenta como Bolívar hacía un uso de un término que enorgullecería sin duda a los bolivarianos modernos, sobre todo a los cubanos.

El relato comienza así: “Tan dado era Don Simón Bolívar a singularizarse, que hasta su interjección de cuartel era distinta de la que empleaban los demás militares de su época. Donde un español o un americano habrían dicho: ¡Vaya usted al carajo!, Bolívar decía: ¡Vaya usted a la pinga!..."

La primera acepción que la Real Academia Española le da al término, apoya a su poderosa etimología fálica. Aparentemente derivado del latín “pendere” (colgar), el uso que se le daba en el mundo hispano a una vara para acarrear cubos al estilo chino, tuvo su influencia drástica en el Libertador Simón Bolívar, alguien que a su vez dejó huellas importantes en su trayecto por el continente, lexicología incluida.

Cuenta Palma en otra parte de su relato: “Histórico es que cuando en la batalla de Junín, ganada al principio por la caballería realista que puso en fuga a la colombiana, se cambió la tortilla, gracias a la oportuna carga de un regimiento peruano, varios jinetes pasaron cerca del General y, acaso por halagar su colombianismo, gritaron: ¡Vivan los lanceros de Colombia! Bolívar, que había presenciado las peripecias todas del combate, contestó, dominado por justiciero impulso: ¡La pinga! ¡Vivan los lanceros del Perú!... Desde entonces fue popular interjección esta frase; ¡La pinga del Libertador!..."

El relato acaba con una chispeante anécdota con cierta dama, que vale la pena leer en su versión completa.

Ahora bien, el nunca bien ponderado don Manuel Ricardo Palma Soriano – que hasta por sus apellidos parece ser precursor espiritual de la cubanidad, un intelectual de amplio reconocimiento, y con cuyo nombre se bautizó a una universidad peruana –, jamás imaginó cuán errada estaría una de las observaciones que plasmó en su relato: “Este párrafo lo escribo para lectores del siglo XX, pues tengo por seguro que la obscena interjección morirá junto con el último nieto de los soldados de la Independencia…"

Nada de eso, estimado Ricardo Palma. La obscena interjección sigue tan viva como en los tiempos de Bolívar, usada de una u otra manera por los cubanos bolivarianos, incluso por muchos no cubanos, luego de la inagotable invasión isleña a cualquier punto de las Américas.

El legado de Simón Bolívar, a la postre, parece hoy más profundo y polisémico que nunca.
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jueves, julio 21, 2011

Our Beatles Heart.

Los Beatles nunca estuvieron en Cuba, ni tampoco estaban conscientes de que tocaban ritmos cubanos en números como Till there was you. Parece que MacCartney, ya en los noventa, estuvo en Santiago de Cuba en viaje relámpago, pero ni una foto quedó de la visita. No obstante los cubanos nunca han dejado de hacer homenajes al ultra famoso cuarteto de Liverpool. Y no sólo a la manera rockera en que muchos lo hacen cada 9 de diciembre en el parque John Lennon de El Vedado. También lo han hecho con salsa.

No puedo recordar una fecha exacta, pero seguramente eran los ochenta aún, porque todavía Issac Delgado era cantante de NG La Banda, cuando El Tosco (también conocido como José Luis Cortés), director de esa agrupación y el más virtuoso de todos los aseres nacionales, sacó en el programa Contacto, de la televisión, un extraño disco homenajeando a The Beatles, en tiempo de timba cubana. La versión de The Fool on the Hill terminaba en montuno gozón, más allá de la dulce melancolía del tema original.

Para 1996 muchos salseros se unieron en el disco Tropical Tribute to The Beatles, y aunque la participación cubana se constreñía a nuestra Celia Cruz, cantando en español Ob-la-di Ob-la-da, otras figuras como Tito Puente, Tony Vega y Oscar de León supieron juguetear con fineza y sabor, siempre manteniendo ese espíritu de salsa newyorkina, más o menos light, que caracterizaba a los hijos y demás descendientes de Fania Records.

Más recientemente un grupo de cantantes latinos lanzó Hey Jude, otro tributo donde, para variar, el único cubano (al igual que Celia, un cubano exiliado) era Willy Chirino. Dentro de la Isla otro grupo de músicos, entre ellos el afamado salsero Jorge Luis Rojas (Rojitas), grabaron una propuesta muy novedosa, Here Comes El Son, con la subsiguiente tragedia cubiche para entrar en mercados internacionales.

Pero el entusiasmo salsero a gran escala parece tener su cúspide con el disco My Beatles Heart, que lanzó Willy Chirino hace apenas unos días.

Mi corazón Beatles.

Willy Chirino ha contado en muchas ocasiones como, al llegar a los Estados Unidos enseguida se metió en una banda juvenil de rock. De la misma manera que en su viaje “vino Benny Moré de polizón, junto a los Matamoros y a Cuní”, también era la época de beatlemanía, y no era posible zafarse tan fácil de aquella influencia.

En el tema Yo soy un tipo típico (Lo que está pa’ti, 1989), aparece ya una cita a los Beatles, que algún día se recogerá en la historia de la música cubana como uno de los experimentos de fusión más interesantes que se hayan grabado en disco por un compatriota nuestro. Willy Chirino mezclaba Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band y la alucinada coda de A day in the life, con el mambo de Pérez Prado y El Bodeguero de La Aragón.

Ahora se aparece, por fin, con un disco enterito dedicado a aquel sueño de varias generaciones que fueron esos inmortales Paul, John, George y Ringo. El resultado es una obra que cierra un ciclo de convergencias estéticas posmodernas que difícilmente podrá ser superado en un futuro cercano.

Willy Chirino ha sido uno de esos salseros inquietos y abiertos a la verdadera música bailable cubana, esa que se hace en cualquier parte y que no discrimina entre Rey Ruiz y Juan Formell. En más de una ocasión ha demostrado que puede moverse con soltura entre las raíces y lo contemporáneo, entre la salsa newyorkina y la timba moderna, sin titubear entre el son tradicional o un tema de Habana Abierta. Tiene además un punto de contacto, sutil pero sustancial, con el cuarteto británico: ambos han sido censurados y prohibidos en los medios de comunicación de la isla por razones ajenas al arte.

A muchos de los que, como él, crecimos con un “corazón Beatles”, estos arreglos nos devuelven sensaciones inexplicables. Desde el ritmo de pistas como Yellow Submarine, Backbird o Get Back, hasta la espiritualidad de Because y Across the Universe, este disco materializa el raro encanto de dos mundos aparentemente divergentes, el mundo del rock y el de la salsa hechos una amalgama de sonidos en perfecta armonía.

El salsero de Consolación trabajó con escrupulosidad los timbres originales del grupo inglés, provocando una suerte de suave mutación entre la esencia y su consecuencia, transformando respetuosamente el legado y dejándonos un saldo inequívoco de placer estético y bailable.

Para cuando las dos Cubas vuelvan a ser una sola, para cuando nadie vuelva a prohibir en nuestro archipiélago a un grupo de rockeros peludos ni a un salsero contestatario, para ese entonces discos como My Beatles Heart formarán parte de un honroso almacén nacional de obras universales a la vez que autóctonas. Mientras tanto, seguiremos montados en este submarino amarillo que recorre los mares del mundo, burlando las fronteras y llevando alegría a los cubanos de cualquier parte.

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Un adelanto del disco (Because mezclado con Eleanor Rigby, esta última del disco Hey Jude), las imágenes son de un concierto reciente, tomadas con cámara de aficionado.

lunes, julio 18, 2011

Cantando con Neneco.

A veces un sueño se materializa al punto de que apenas puede creerse que en verdad ocurrió.

Desde mi adolescencia, la fascinación por aquellos genios de Les Luthiers sembró una afición incondicional que perdura intacta en esta cuarentona madurez. El grupo argentino que llegó un par de veces a La Habana de los ochenta – según supe después, sin ganar un centavo, sólo por el gusto de conocer Cuba – marcó a toda una generación de humoristas cubanos y a mí me dejó con horas de sonido, textos y canciones aprendidas de memoria de tanto escucharlas. Podía repetir al dedillo cada aventura de Johann Sebastian Mastropiero, y reírme cada vez como si el chiste fuese nuevo.

Ya para el 2007, luego de algunos acontecimientos que me hicieron desplazar del circunspecto teatro vanguardista hacia la relajienta televisión, y haber trabajado varios años con los mejores comediantes cubanos, tuve la increíble suerte de conocer personalmente al más carismático integrante de Les Luthiers, a Daniel Rabinovich, durante un encuentro informal en la sala Llauradó, en El Vedado. Fue allí donde ocurrió aquello que todavía hoy me cuesta trabajo creer: Daniel – o Neneco, como lo llaman sus allegados – acompañado de su adorable esposa de toda la vida, se dejó bombardear por un rato de preguntas y comentarios, entre foto y foto con amigos, en el patio de la Casona de Teatro Estudio.

Buscaba yo la manera de estimular una visita de Les Luthiers al norte de México, lamentablemente no muy viable por la sencilla razón de que el grupo ya tenía concertado trabajo para los dos años siguientes, sobre todo en la acaparadora España, cuando le comentaba de la impresión que mis amigos mexicanos tenían siempre que los hacía escuchar aquella Serenata Mariachi donde el propio Rabinovich hablaba y cantaba imitándoles el acento.

De alguna manera, para ilustrar lo que decía, comencé a repetir los textos del número, con aquella precisión que tantos años de fidelidad me habían dado, y Daniel, para mi sorpresa, se unió a la recreación a capella de los “mariachis” Porfirio y Bernardo. Por unos minutos viví la experiencia de ser un Luthier, de hacerle la contraparte y cantar, a dos voces, una de mis estampas humorísticas favoritas con su protagonista original. Si estábamos o no en un teatro y delante de miles de espectadores arrobados, era lo de menos. Daniel me dejó ser un Luthier por un rato, me secundó con infantil espontaneidad, sinceramente divertido, y aquella tarde en el patio de la Casona se convirtió para mí en un recuerdo invaluable.

Por supuesto que aquello sólo fue posible por la humildad y buen talante de un tipo como Neneco, uno de esos argentinos que derrumban de un plumazo el mito de la arrogancia porteña.
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Daniel Rabinovich con el autor de este blog, año 2007.


Además de Daniel, posando junto a Virulo y Omar Franco, dos de los comediantes cubanos más emblemáticos.
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domingo, julio 17, 2011

Un chigüire bastante sensato.

Lo encontré gracias a un enlace en Facebook de Alexis Romay, el propietario de ese blog tan bien condimentado que es Belascoaín y Neptuno. Le comenté con entusiasmo y me respondió: “Claro que tiene que gustarte, si El Chigüire Bipolar es como un Guamá venezolano…”

No dejaba de tener razón, pues de la misma manera en que la sátira de Alén Lauzán divierte a los cubanos que frecuentamos la publicación, con todos sus suplementos paródicos, también El Chigüire Bipolar azota sin escrúpulos a todo aquello risible o ridículo de la política venezolana. Y como que la realidad de ambos países hoy día se muestra dramáticamente entrelazada, no pocas veces las bromas se extienden hasta locaciones habaneras, con el protagonismo indiscutible de nuestros honorables dirigentes.

Chigüire es un roedor que habita en Venezuela, el roedor más grande del mundo. Conocido también como capibara o carpincho roedor, no podía tener un aspecto más simpático a la vez que pendenciero y bastante asquerosito. Y este otro chigüire, el de la red, es además bipolar, con lo cual parece además asumir también la dudosa cualidad de no estar completamente bien de la cabeza; eso sí, con un resultado conceptual desbordante de sensatez.

Venezuela cuenta con una tradición muy especial del humor y la sátira. Entre sus más grandes exponentes está el gran Aquiles Nazoa, un poeta con rico sentido del humor que, en épocas en que reinaba la prensa plana, publicaba en espacios como El Nacional y El Morrocoy Azul. Nazoa, muy ligado a Cuba en aquellos tiempos de utopía verdeolivo, vivió un año en La Habana y allí dirigió la revista Zig-Zag. Con todo y las diferencias de contexto, de alguna manera siento que este Chigüire lleva en sus genes algo de aquellas maravillosas jocosidades de Aquiles Nazoa.

Sus falsos artículos noticiosos brillan por su frescura narrativa, por su insólita imaginación y por el discurso evidentemente desalineado de trincheras. Lo mismo se le da cuje a Chávez que a la familia de María Corina, una de las más destacadas opositoras al régimen. Obviamente el material que ofrece el chavismo da para mucho más, con lo cual no dudo que en algún momento el gobierno venezolano, que aprende rápido las lecciones castristas, termine por acusar a El Chigüire Bipolar de ser un cobarde roedor, un carpincho mercenario pagado por el imperialismo yanqui.
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lunes, julio 11, 2011

La boda renegada, final de temporada.

Sigue la novela de Wendy Iriepa, la chica transexual expulsada del CENESEX (o conminada a quedarse limpiando pisos que es algo malsanamente similar) por tener relaciones con un opositor, y ya está anunciado el último episodio que, según parece, viene con todas las reglas de un buen final de temporada, el próximo 13 de agosto, coincidiendo además con el cumpleaños 800 y pico del comandante en jefe, Fidel Castro.

La trama ha ido evolucionando con rapidez: Wendy, una transgénero favorecida por la institución del sexo gubernamental, edecán de la infanta Mariela Castro, directora y rectora del homosexualismo oficialista (“mariconguistas” les llama La Loca del Blog), siendo incluso la que probaba los alimentos y abría los regalos a su excelencia, se hizo novia de Ignacio Estrada Cepero, periodista independiente de Hablemos Press y afiliado al ilegal Observatorio Cubano de los Derechos LGTB, y decidió casarse con él, aún sabiendo que su pecaminosa decisión haría que Mariela Castro retirase su promesa de ser madrina de la boda.

Según la información de Martí Noticias, ahora el conflicto se acrecienta, cuando el rol de los padrinos en la anunciada boda del Palacio de los Matrimonios de Lawton, será para la pareja de villanos del momento, Yoani Sánchez y Dagoberto Valdés. Es imposible imaginarse un himeneo más conflictivo en la Cuba actual. De ser la protegida de la princesa Castro, Wendy pasa a cónyuge de anticastrista y bendecida ante la ley por los dos opositores internos más odiados por el régimen.

Y todo va a pasar el sábado 13 de agosto, cumpleaños del supremo homófobo, si no hay ningún cambio en el guión.
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sábado, julio 09, 2011

El último chiste raro de Facundo Cabral.

No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos.

-. Facundo Cabral.


En la escuela de arte, allá en La Habana, a veces escuchábamos aquellos chistes raros de Facundo Cabral desde un casete que alguien había conseguido. No era como escuchar a Les Luthiers o Álvarez Guedes porque, aunque a veces contaba chistes sólo para hacer reír, Facundo Cabral filosofaba con alegría y amontonaba anécdotas y canciones, en un estilo se adaptaba muy bien a la juvenil inquietud de profundidad positivista que teníamos los estudiantes de arte.

Años más tarde me tocó venir a vivir a uno de esos tantos lugares que Cabral, eterno viajero y hombre de ninguna parte, frecuentaba. De este sitio contaba en uno de sus conciertos con Alberto Cortez: Me gusta encontrarme con los yaquis en el desierto de Sonora para descargar la cabeza y enriquecer el corazón. Luciano, que fue gran amigo, fue el primer amigo yaqui que tuve… El primer año que vine a México, en 1972, era como el filósofo de la comunidad, tenía una escuela para desaprender. Sí, qué buena idea, imaginen todo el lugar que habría si sacáramos todas las pendejadas que nos han enseñado. Por lo menos seríamos Octavio Paz...

Cabral tenía a México como su hogar, aunque, en rigor, nunca tuvo casa propia y vivía en cuartos de hoteles: México es como mi casa. (…) Me encanta escuchar al maestro Juan José Arriola. Él me dijo un día: “Nosotros, que somos buenas gentes, vamos a tener muchos hijos para que los malos no nos sigan ganando las elecciones"... Pero los malos lo alcanzaron hoy, antes de poder llegar a México por última vez. Cabral, caminante indomable, viajó hace unos días a Guatemala, con su guitarra, su bastón y su deteriorada visión borgeana, y hoy, camino al aeropuerto La Aurora, fue baleado por unos sicarios y se fue tan velozmente como llegó, hace 74 años, a la ciudad de La Plata.

Hubiese deseado verlo actuar acá en México alguna vez, porque nunca estuvo en mi país. Hace poco, para una publicación peruana, ante la inquietud del entrevistador, “Nunca llegó a Cuba, pese a que en un momento alabó la revolución”, contestó:” A esta altura creo que nunca llegaré a Cuba. Yo traería muchos problemas ahí. Me acuerdo que amábamos la revolución porque fue quijotesca y romántica. Con los años, uno empieza a pensar diferente”… Al menos pudimos quedarnos con sus grabaciones, que ya no dependen de un casete prestado sino que andan por toda la red como enseñanzas trascendentales, diseminadas en tono de broma.

Quizás para algunos desalmados, matar a tiros a un hombre como Facundo Cabral sea motivo de satisfacción. Para mucha gente buena hoy será un día de luto. Para el espíritu del poeta cantor, sin duda alguna, esta intempestiva transición a la eternidad no será más que un chiste raro final.

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jueves, julio 07, 2011

Maripan y Wendy.

Es difícil que algo que pase por las manos de la dinastía Castro lleve algún trazo de honestidad. Para ellos la suerte, el destino de los cubanos, se resume a un juego de fuerzas ideológicas donde lo principal es la publicidad política, no el propio ser humano. El deporte, la salud, la educación… todo eso que habitualmente han tratado de hacer lucir como la obra altruista del gobierno, en verdad siempre ha tenido un primerísimo objetivo: el de realzar y dimensionar la imagen de sus líderes.

En última instancia, cuando se expulsa a un estudiante de su universidad por tener un blog contestatario, o cuando se le niega tratamiento a un opositor apaleado por la policía, va quedando claro que esas “conquistas revolucionarias” no son para cualquier cubano, sino sólo para aquellos que apoyan a la tiranía.

Wendy Iriepa ha sido expulsada del CENESEX (Centro Nacional de Educación Sexual), la misma institución, dirigida por la princesa Mariela Castro, que hace unos años le propició un cambio de sexo y la utilizó en disímiles tribunas como un ejemplo de la buena voluntad del gobierno cubano. Wendy aparece en múltiples artículos nacionales e internacionales, mostrando su agradecimiento al centro que la acogió, le dio trabajo y le mostró sus derechos como ciudadana.

Pero, como que esta bondad castrista no es incondicional, sino atada con cadenas a la ideología del régimen, Wendy cayó en desgracia cuando tuvo la mala idea de relacionarse íntimamente con un miembro del Observatorio Cubano de los Derechos LGTB (Lesbianas, Gays, Transgéneros y Bisexuales), un movimiento independiente que no sólo jamás ha sido bien visto por las autoridades, sino que sus reuniones son habitualmente acompañadas de golpizas y detenciones.

Los derechos y beneficios que otorga el CENESEX son sólo para aquellos gays, lebianas, travestis o transexuales que acepten llevar en sus manos una foto de Fidel Castro o un cartel por la libertad de los cinco espías, en las manifestaciones controladas por la dinastía. Los que tengan la osadía de disentir, o apenas relacionarse con disidentes, seguirán siendo los mismos maricones de mierda que Fidel Castro, tío de la Infanta Mariela, siempre persiguió y encarceló en aquellas gloriosas épocas de hegemonía machista-leninista.

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