jueves, diciembre 31, 2009

Tenemos que ponernos duros con Dios. Oración de fin de año.

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Señor, ante todo, perdónanos por exigirte a ti lo que no hemos sido capaces de obligar a hacer a los que te han sustituido en Cuba por medio siglo, pero llegó el momento de ponernos duros contigo también y hacer unas cuantas murumacas a ver si te acuerdas de que creaste una isla en el Caribe que luego abandonaste a su suerte.

Devuélvenos señor, la dignidad que perdimos. Haz que se detenga el eterno peregrinar de los cubanos por el mundo. Nosotros no somos el pueblo hebreo, no te hicimos nada malo, no nos castigues en cada aduana de aeropuerto, no nos hagas avergonzarnos más por llevar pasaporte cubano. Danos de una vez la tan cacareada reforma migratoria o, en su defecto, envíanos a alguien que nos parta el mar en dos.

Otorga a los políticos de Cuba la serenidad para entender que el único Dios verdadero es el Pueblo, que es tu voz, que no se debe adorar imágenes de falsos profetas, aunque tengan barbas y los coreen multitudes. Regala a los ministros el valor suficiente para no aplaudir automáticamente a los apóstatas, para cambiar todo lo que deba ser cambiado y que nuestra gente por fin tenga su litro de leche diario, su pan de cada día con grasita y el peso justo, su vino agrio en moneda nacional y los abundantes peces de su propio mar, que ya están multiplicados y sólo necesitamos que alguien nos los lleve hasta la mesa.

Danos internet y regrésanos el bistec. Que ningún fariseo nos maltrate o encarcele por decir lo que pensamos. Que no nos llamen más mercenarios por escribir nuestras verdades. Ayúdanos a conservar un sistema justo de salud y educación, pero permítenos poner franquicias, tiendecitas y comercios que acaben de una vez con el mercado negro y den felicidad los sábados en la tarde. Alumbra a los economistas para que liquiden la doble moneda y los salarios de un mes alcancen más allá de tres días.

Señor, danos la resignación por tantos años perdidos y entereza para enfrentar los años que se acercan. Ya sabemos que estás bastante ocupado con el Medio Oriente, pero tienes más responsabilidad con nosotros, que no somos musulmanes, aunque te mezclemos a cada rato con el panteón yoruba, y eso te encabrone.

Dios todopoderoso, tú que nos enseñaste a amar al prójimo como a nosotros mismos, danos este año la pequeña licencia de desearle la muerte sólo a uno de tus hijos. Ya sabes de quién te hablamos, lo que se sabe no se pregunta. No tiene que ser una muerte cruel ni dolorosa, conque se acabe de morir de una puñetera vez, así sea en la paz de su opulento hogar, es suficiente.

Cincuenta y un años ya es bastante, señor. Está bueno ya. Por favor, ponte para las cosas, padre nuestro que estás en los cielos.
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Amén.
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miércoles, diciembre 30, 2009

Tolerados y desterrados.

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La de años que estuvo fuera de la vista pública la popular película Guardafronteras, de Octavio Cortázar (con guión suyo y del poeta y novelista Wichy Nogueras), y sólo porque el actor Salvador Blanco, con un personaje secundario - pero muy popular en aquella época gracias al programa Para Bailar, de la televisión -, abandonó el país y se fue a vivir a los Estados Unidos.

En los noventa llegamos a un punto en el que parecía que ya no se podía retransmitir casi ninguna película o teleserie, porque en todas había uno o varios actores que ya no vivían en el país. Cuando el más grande de todos, Reynaldo Miravalles, también emigró al norte, los programadores tuvieron que escoger entre sacarse de encima el prejuicio político de no dar más crédito a los emigrantes y enterrar de una vez y para siempre la historia del cine cubano. Miravalles, en casi cincuenta años, había estado presente en la mayor parte de las películas cubanas más emblemáticas. No era ya cosa de broma engavetar una obra tan descomunal, sólo para mantener lejos de la mirada popular a aquellos actores y actrices que podrían contaminar a las masas con el terrible virus de la deserción.

Por eso ya no me extraña que la televisión cubana reponga próximamente la novela Sol de Batey, y la serie El Balcón de los Helechos. La figura protagónica en ambas, con un par de décadas de por medio, es esa otra estrella de la actuación cubana, la habanera Susana Pérez, quien hace un par de años decidió quedarse a vivir en La Florida. Ya no es posible prescindir de su legado, como tampoco del de Miravalles, sólo por el capricho de una postura política en el poder que no suele reconocer la validez en la vida y obra de un emigrado. Por ello los programadores tienen que hacer de tripas corazón y dejar aparecer a los desertores en la aséptica pantalla nacional, al menos en lo referente a lo dramático, porque todavía muchos grandes músicos cubanos siguen desaparecidos de los medios masivos de comunicación de la isla, como si jamás hubiesen existido.

Todavía la memoria de la cultura cubana en el fidelismo borra a Celia Cruz y a Paquito D'Rivera con la misma tozudez conque voltea a un lado para no reconocer la grandeza del Duque Hernández o de Guillermo Cabrera Infante. Y es que Miravalles, Susana, Casín, y un largo etcétera, suelen reaparecer como personajes de ficción, y eso los “purifica”, en parte, ante los ojos de la dictadura. Aquellos que se representan a sí mismos en un escenario - no importa si se trata de la más grande sonera cubana, la megaestrella de mayor alcance en la historia nacional, querida y transmitida en cada rincón del planeta excepto en el suyo propio - serán desterrados de su patria por una temporada aún más larga e impredecible que la de sus colegas, los actores.

El día en que la televisión cubana transmita el último homenaje a Celia Cruz en vida - con todo y la conducción de Gloria Estefan - de la misma manera en que deja ver a Susana Pérez en El Balcón de los Helechos, o a Miravalles en El hombre de Maisinicú, ese día podremos decir que, al fin, algo está por cambiar en nuestra amada y siempre politizada isla de Cuba.
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lunes, diciembre 28, 2009

Mi abuelo me contó de la tercera dimensión.

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Cuando era niño, a veces mi abuelo me contaba sobre un mágico cine que hubo en La Habana de los años cincuenta. Me decía que con unas gafas especiales era posible ver una película en tres dimensiones, y que la gente se cubría la cara cuando, mirando Museo de cera, algún personaje lanzaba algo en dirección al lente. Supongo que el arrobamiento de mi rostro infantil, en aquel entonces, sería muy parecido al que tuve ayer en la tarde mientras participaba de la experiencia Avatar, el último estreno de James Cameron, en una sala de Cinemark acondicionada para 3D.

El encantamiento va más allá de la historia misma que cuenta la película – una sencilla trama medio Rambo, medio Danza con Lobos, con el héroe americano que conquista a la hija del jefe y salva al planeta del villano desquiciado, eso sí, con una bella tesis acerca de la armonía espiritual entre los humanos y la naturaleza – y se estimula a partir de una puesta en pantalla alucinante, con los detalles de la animación llevados hasta límites casi imposibles de creer, y donde los sentidos alcanzan un orgasmo múltiple con las formas y el sonido de la tercera dimensión.

Desde las pequeñas hojas que se desprenden y que casi pueden tocarse con las manos, hasta una granada de humo que casi te pega en un hombro, todo transcurre en la prestidigitación de un espectáculo tridimensional, multiplicado en texturas insospechadas, auténticas.

Y mientras me pregunto cómo voy a enfrentar otra vez una película convencional en dos dimensiones, mientras ya los japoneses están anunciando para el 2010 el lanzamiento de una pantalla de televisión en 3D, también me pregunto cuándo mi gente de La Habana podrá disfrutar de un espectáculo como el que vi ayer en la tarde. Sé de muchos de mis amigos que se sentirían como yo cuando mi abuelo me contaba del cine en tercera dimensión, sé de muchos que escucharían como algo místico la narración de cómo me puse los lentes y entré al mundo de Jake y Neytiri. Porque los cines de La Habana, esos que aguantan estoicos cada Festival de Cine, siguen con la misma tecnología de mitad del siglo XX, y ya escasea incluso la película en celuloide, sustituida por copias piratas de vídeo. Para muchos de mis amigos de allá, gente valiosa y trabajadora, aún es un lujo comprarse un simple reproductor de DVD, así que la era de las multisalas y el cine en tercera dimensión parece bien lejana todavía en el horizonte de sus sueños.
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Ojalá me equivoque. Ojalá el 2010 que casi llega – desde febrero 14, el año nuevo lunar Tigre de Metal – sea un año de grandes cambios. Ojalá mis amigos de La Habana puedan ver como yo lo hice, si no la segunda parte, al menos la tercera o la cuarta de la saga de Avatar.

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sábado, diciembre 26, 2009

Cuando la razón puede más que la idiotez.

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Gracias a unos amigos de youtube, a pocas horas del concierto de Buena Fe en Miami ya fue posible actualizar nuestra visión del fenómeno con imágenes directas, tanto del concierto en el teatro Artime, como de la oligofrénica – no por ello menos esperada – protesta de Saavedra y su piquete de Vigilia Mambisa.

Los dinosaurios políticos, desde la acera opuesta y con un número de correligionarios francamente ridículo, arengaban a los muchos ciudadanos que, de muy buen humor, esperaban para ver en vivo al dúo trovero recién llegado de la isla.

Vale la pena ver el vídeo subido por la amiga Mary, en La Voz del Cauto, su canal de youtube, sobre todo para comprobar como a la retórica anticastrista de siempre, anclada en la amargura y el resentimiento, se le contrapone una nueva generación de cubanos emigrados, desprejuiciados y listos ya para una nueva era de integración cultural. A estas alturas, para los impostergables cambios que necesita nuestra nación, influye mucho más un verso profundo como “vuelve el telón y hay un alcohólico urbano / que hace un resumen de gran maestría / de cada cual según su trabajo / a cada cual según su picardía”, o “…y si por un azar de la vida / usted se encuentra a salvo / no se olvide al vecino que almuerza una soga de barco…”, que proclamas tan avinagradas como “nosotros estamos en contra de ustedes porque ustedes están ayudando a la tiranía castrocomunista”, o “la Charanga habanera son unos mercenarios”

Las imágenes del concierto hablan por sí solas. Aunque no se trate del American Airlines Arena, donde hace pocos meses actuase Habana Abierta junto a Willy Chirino, es evidente que el teatro Manuel Artime se repletó para escuchar a estos trovadores guantanameros radicados en La Habana, y que el disfrute general fue honrosamente catártico. Ya llegará el momento de llenar plazas mayores con la simple poesía musical que sale de nuestra Cuba de hoy.
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En cualquier caso, qué gran cosa terminar el año sabiendo un poco más cerca a las tantas orillas de la familia cubana.

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Los cuatro gatos de Saavedra y Vigilia Mambisa, arengando con bocina y todo.
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Los cubanos razonables, de este lado de la calle, de muy buen humor,
le gritaban a Saavedra: ¡Que cante otro, que cante otro...!
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Con la puesta de sol, también se hacía más profundo el vacío entre
las dos orillas (de la calle).
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jueves, diciembre 24, 2009

Guajiros serios en América Tevé.

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América Tevé optó por acoger en sus estudios a los artistas cubanos (radicados en la isla) que por estos días cercanos a la Navidad van a ofrecer conciertos en la conflictiva ciudad de Miami. A las palabras de Omar Romay, presidente de la cadena, cuando afirmó "No nos corresponde excluir a partir de criterios políticos e ideológicos, sino promover la pluralidad de opciones y darle a la gente la opción de elegir'', se le oponen otras voces como la de Ninoska Pérez, que en su acostumbrado discurso radical, aseguró: “Me da asco que vengan aquí a cantar (...)”

La televisora acogió a la Charanga habanera, y al día siguiente al dúo Buena Fe, y más allá de la polémica de si el rating está por encima de los prejuicios políticos, lo cierto es que, al menos en el caso de los trovadores, el riesgo de provocar roces desagradables se ha ido volviendo un filón analítico y saludable para la madurez de ambas partes. Con la Charanga... todo se ha ido en debatir sobre el tema “Gozando en La Habana”, un material estéril siempre que la orquesta, sin dejar de ser una de las más trascendentes dentro de la música popular cubana contemporánea, jamás ha tenido como fuerte la profundidad poética ni los conceptos sociopolíticos. Con la Charanga... no hay que ponerse a buscar las cuatro patas al gato en sus letras ni en sus mensajes, sólo entender a la timba cubana desde su sensualidad primigenia, dejándose llevar por los ritmos pegajosos y los vigorosos arreglos orquestales.

Con Buena Fe es otra cosa. Y la primera entrevista concedida por los guantanameros, al programa A mano limpia, fue un buen ejemplo de que todavía muchas personas dedicadas a la difusión de la realidad cubana en los Estados Unidos no conocen a fondo la cultura contemporánea de la isla. Oscar Haza los cuqueó todo el tiempo, intentando desenmascarar a los supuestos enviados de Raúl Castro, o al menos sacarles alguna opinión comprometedora, poniendo en evidencia que jamás había escuchado una sola canción de ellos. De haber escuchado alguna vez los fuertes textos del disco Catalejo, no habría insistido tanto en aquello de que “si vienen de Guantánamo, deben tocar son, que a mí me gusta mucho el son”, o preguntar si no tienen en su repertorio canciones de Celia Cruz o Willy Chirino, con el despiste de no saber que los muchachos sólo tocan temas propios.

Ellos, sin embargo, lucieron serenos ante preguntas tan inocuas como “¿Qué hay con esos aretes?”, hecha a Joel, o un increíble “¿Usted qué instrumento toca? a Israel, y torearon muy bien las avalanchas capciosas sobre la libertad de expresión y el ciudadano norteamericano que recién apresaron en La Habana por regalar celulares. Casi tuve un déjà vu, recordando aquellas malas entrevistas que en los ochenta se le hacían a la actriz brasileña Regina Duarte, recién llegada a Cuba, cuando Haza les decía: “¿Ah, están acabados de llegar? ¿Qué piensan de Miami con lo que se dice en Cuba y lo que ustedes están viendo aquí?... Respuesta del sosegado Israel: “Si me preguntas mañana, a lo mejor te comento”.

En el programa Pellízcame que estoy soñando, si bien en ciertos momentos la seriedad se dispersaba con las pesadeces del comediante sangrón que por esta época tiene Carlos Otero de contraparte, al menos estaban garantizadas las referencias al dúo, siempre que Carlos, relativamente recién llegado a La Florida, sí está al día en el éxito y alcance de sus compatriotas músicos.

Con todo, el recibimiento de un Miami en evolución está bastante claro, pues de inicio ya no pinta como que vaya a haber revuelos como los de Van van o Rosita Fornés, y el público enardecido en el show de Carlos, tanto con la Charanga habanera como con Buena Fe, así parece confirmarlo. No me extrañaría que la tropa de Saavedra se apareciese con una aplanadora delante del teatro Manuel Artime para triturar discos quemados de Buena Fe, pero tampoco me queda duda de lo placentero que resultará para la mayoría de los cubanoamericanos el poder corear temas tan sensibles como Fuera, Cada país, o el romántico Tras tus pies.
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En espera de que el llamado intercambio cultural llegue a ser un día un verdadero intercambio, con los artistas de la diáspora presentándose en La Piragua – si es que algún día la dictadura consiente en flexibilizar sus fronteras –, al menos esto parece ser un buen comienzo. Enhorabuena, mi gente.

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Joel e Israel en Pellízcame que estoy soñando, el programa
de Carlos Otero.
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miércoles, diciembre 23, 2009

Informe Extraordinario del Buró Político del PCC por la Celebración del Natalicio del compañero Jesús de Nazareth.

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Estimados Cros y Cras:

Teniendo en cuenta la situación por la que atraviesa el país, ocasionada por el brutal bloqueo imperialista, los huracanes y la guerra mediática de los enemigos de la Revolución, decretamos que la celebración del Natalicio del compañero Jesús de Nazareth - ampliamente conocido en todo el mundo por su abnegación y sacrificio en la lucha por la igualdad y la emancipación de las clases más humildes, digno antecesor de nuestras luchas revolucionarias -, sea festejada con la austeridad que nos caracteriza, sin derroches innecesarios ni imitación de conductas o costumbres ajenas a nuestra tradición revolucionaria.

Esta semana será asignado a cada núcleo familiar unas ramas de pino, o de marabú, según la disponibilidad, para la construcción de arbolitos navideños. Las guirnaldas serán sustituidas por cadenetas hechas con papel de revista Bohemia, y se asignará una cadeneta por núcleo, con excepción de quienes ya tengan las guirnaldas de años anteriores, los cuales deberán entregar los bombillitos, que serán reemplazados por bombillitos ahorradores. Las velas navideñas serán guardadas para la noche, como apoyo al horario de apagones.

Se entregará un cuarto de turrón de Jijona por núcleo, con excepción de los núcleos con más de quince miembros, los cuales recibirán la mitad completa del turrón. La televisión transmitirá una Mesa Redonda dedicada al impacto de las luchas en Judea y su relación con las guerrillas de la Sierra Maestra, y se estrenará el documental “Cristo nació en Birán”, de Randy Alonso, donde se explica el verdadero sentido del cristianismo y se denuncian los nexos históricos entre Herodes y la CIA, entre el Sanedrín y la blogósfera cubana.

En el Pabellón Cuba tendrá lugar un concierto con el grupo Moncada, donde la juventud podrá bailar sanamente y participar del lanzamiento del disco “Villancicos de la UJC”, con una recopilación de himnos revolucionarios fusionados con melodías navideñas clásicas, pop y timba cubana. En cada municipio habrá una tarima para conciertos similares, además de pipas con cerveza y refresco gaseado. Las misas de gallo quedan suspendidas hasta tanto la producción avícola permita asignar al menos un pollo a cada congregación religiosa del país.

Nuestro pueblo trabajador festejará con austeridad el advenimiento de esta fecha, con la humildad que lo caracteriza, con el ahorro como divisa principal y preparándose con alegría y sobriedad para recibir en los días próximos un nuevo aniversario de nuestra gloriosa Revolución.

Firmado:
CC del PCC
Cayo Largo, 23 de diciembre del 2009.

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lunes, diciembre 21, 2009

La economía y los guantes.

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Todavía habrá quien se congratule por el crecimiento de 1.4 por ciento que tuvo la economía cubana en el casi finiquitado 2009. Aún cuando el aumento previsto por las autoridades era de un 6 por ciento, con todo y las justificaciones de la crisis mundial, los ciclones y ahora también la “guerra mediática” de los “enemigos de la Revolución”, siempre me resulta curiosa la manera en que, aún teniendo el nivel de ingresos per cápita igual o peor que Haití o Burundi, ahorrándose con ello una brutal salida de gastos – infinitamente más alta que las supuestas gratuidades de la salud o la educación –, aún así el Producto Interno Bruto se mantiene en niveles de aumento poco menos que discretos. No ya el planeado y malogrado 6 por ciento, sino que al menos un 60, un 600 por ciento debería tener de crecimiento económico un país cuyo salario promedio mensual es de 15 dólares.

Ayer domingo el gobierno presentó ante el parlamento un completo balance del año, y reconociendo la notoria crisis de liquidez, nuestro ministro de economía recitó una vez más la perogrullada de que no conviene incurrir en gastos superiores a los ingresos. Genial. Las inversiones en el 2009 decrecieron en un 16 por ciento, cerca de 30 bajaron las exportaciones de bienes y servicios y casi 40 las importaciones, pero el transporte creció (?) un 4.6 por ciento, los servicios en un 4 por ciento y la industria se dilató en un cataléptico 2 por ciento. Para cualquiera con segundo grado de matemáticas, queda claro que los números de la decadencia le ganan, por mucho, a los de la prosperidad.

Esto es, una Cuba endeudada hasta el cuello, con cifras espeluznantes públicamente declaradas, y un gobierno vitalicio que se encomienda a la Virgen y sigue diciendo que la culpa es del imperialismo, de la crisis mundial y de los bloggeros mercenarios enemigos de la Revolución.

Un ladrón de guantes que impide el desarrollo económico.

Hace algunos años, en La Habana, leía un artículo del Granma que, para variar, ensalzaba con bellos epítetos a una empresa estatal cubana, una que producía carpintería de aluminio para corporaciones, y lo hacía con uso racional de la materia prima, un mínimo de importaciones y enormes ganancias para el país, miles de dólares que ingresaban semanalmente al presupuesto del estado gracias a aquellos abnegados trabajadores y sus dirigentes. Todo un modelo de industria socialista.

La única mancha que, según el periodista, ensuciaba el brillo de aquel éxito, se daba por el delito aislado de algunos obreros. “No todo es perfecto”, decía más o menos, “aún subsisten aspectos negativos que hay que criticar”, y pasaba a relatar valientemente como, días atrás, uno de los obreros del taller había sido sorprendido mientras vendía por la calle un par de guantes de los asignados a él para su trabajo.

El periodista de Granma no comprendía por qué un operario que gana unos siete dólares en cada quincena, trabajando en una empresa que genera decenas de miles de dólares cada semana, se veía obligado a vender un par de guantes para palear en algo su economía familiar, para resolver su día con aquel hurto tan discordante con la ideología socialista. El obrero fue duramente sancionado, por supuesto.

De esto precisamente se trató el informe al parlamento acerca del estado actual de nuestra economía, y de los planes que nuestro presidente, Raúl Castro, ilustró con un bonito: “…es preciso caminar hacia el futuro, con paso firme y seguro, porque sencillamente no tenemos derecho a equivocarnos''. De eso se trata, general, de seguirse equivocando como hasta ahora, sin que nadie tenga el derecho a reclamar, se trata de aumentar la producción en el futuro con empresas exitosas, cuyos trabajadores no tengan más opción que vender por la calle un miserable par de guantes para poder sobrevivir.
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Por supuesto que al final la culpa siempre será del imperialismo, de la crisis mundial, de los huracanes y de nosotros, los mercenarios a sueldo de la CIA, que distorsionamos la realidad en esta injusta guerra mediática en contra de la revolución cubana.
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sábado, diciembre 12, 2009

Negrita, te ganaste el Panda.

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La vi en el vídeo oficial que resumía aquella manifestación pacífica de las Damas de Blanco el día de los Derechos Humanos, y la "vertical contramanifestación del pueblo revolucionario”. Me pregunté dónde había visto antes esa carita, dónde había escuchado esa misma voz de hiena herida vociferando consignas castristas, y la intuición me llevó a revisar en youtube aquel otro vídeo, con la misma “masa popular enardecida”, del 20 de noviembre y… bingo, allí, en 23 y G, encarando a Reinaldo Escobar, estaba la muchacha, emocionadísima gritando “pin pon fuera, abajo la gusanera”, con el mismo puño en alto con que ahora enfrentaba a las esposas de los presos políticos diciendo ante un grueso micrófono: “…Tres mujeres equivocadas, pagadas por el enemigo que han venido a querer sabotear a esta revolución ¡y no se los podemos permitir!…”

De alguna manera esta personita chillona estuvo “espontáneamente” para ripostar a los opositores, en ambas jornadas, y parecería que las dos imágenes pertenecen al mismo día - la austeridad raulista sin dudas la tiene vistiendo la misma blusa a diario -, de no ser por el collarcito diferente, y porque las locaciones tampoco son las mismas.

La joven que destaca entre la multitud del pueblo, deja claro que no hubo, ni antes ni después, casuales transeúntes que respondieron a la “provocación de los mercenarios vendidos al imperialismo”, sino enviados especiales, partidarios o deudores del sistema que prefieren defender a los dictadores antes que reconocer la decadencia de un país en quiebra y la precariedad de un pueblo real que no sólo padece brutales necesidades cotidianas, sino que tiene terminantemente prohibido expresarlo. Su vocación de protagonismo, esa que marca a los aprendices de gendarmes, ávidos de escalar puestos y ganarse alguna que otra prebenda del estado, la delató sin querer. Es muy probable que, con algo más de tiempo para dedicar a la búsqueda, aparezcan muchas más caritas, coincidentes entre un mitin y el otro.

El malestar de la incultura.

No sé si las Damas de Blanco sean las modernas Marianas, como a muchos gusta catalogarlas. No sé si sea pertinente compararlas con las Madres de Plaza de Mayo, pues los contextos difieren y nada se gana con sublimizar algo tan sencillo como unas señoras que reclaman la libertad de sus maridos en la vía pública. La epicidad que adquieren está dada por la manera en que el estado reprime cualquier evento que le lleve la contraria, así sea sólo caminar por la calle con flores y repartir a la gente la Declaración de los Derechos Humanos. Lo que sí no tiene discusión es que nadie, ni personas, ni gobiernos, ni poblaciones, tienen el derecho de repudiar la expresión pacífica de otro ser humano.

Imaginemos por un momento que, como dice la versión oficial y parecen mostrar las imágenes de la contramanifestación, este pueblo, en efecto, sea un pueblo auténtico y no una turba enviada por oscuros mandos a repudiar, con sospechosa anticipación, cada una de las más recientes muestras de libre pensamiento en la isla. Si este fuera en verdad el pueblo de La Habana – como ese tipo que asesta un pesado golpe en la espalda del diplomático Chris Stimpson, sin el menor pudor y delante de una cámara –, estaríamos contándole al mundo como nuestra decencia como nación ha sido sustituida por la brutalidad, el insulto y la violencia.
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Las Damas de Blanco son acusadas de recibir dinero del imperialismo. Ante la prensa admiten haber recibido, de manera comprobable, mil ochocientos dólares provenientes de la Fundación Rescate Jurídico, para 18 mujeres. Aún cuando el dinero parece haber sido inicialmente enviado por Santiago Álvarez, protector de esa bestia que es Posada Carriles y terrorista confeso en sí mismo, la suma no se corresponde con lo que habría de ser el sueldo de “mercenarios pagados por el oro del imperio”, pues tocando a 133 dólares por cabeza (depreciados en mucho menos por el cambio caprichoso a peso convertible) no se financia ninguna revuelta antigubernamental.

Pongamos que este medio centenar de mujeres maduras son, en efecto, terroristas, monstruos dispuestos a socavar los cimientos de un estado… ¿Reprimir entonces sus caminatas con turbas groseras, listas para linchar a alguien en cualquier momento, a desahogar los odios con quien se atraviese en el camino, es una muestra de justicia o por el contrario, una revelación de cobardía? ¿A dónde se fue la tan enarbolada educación del pueblo cubano, caso de que en verdad, esa jauría sedienta de patadas sea el pueblo cubano?
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Prefiero pensar que mi pueblo, mi verdadero pueblo – ese que sobrepasa en unos cuantos millones a los cientos de vociferantes del PCC, la UJC y las brigadas de respuesta rápida – aún existe, inerte y aletargado por tantos años de totalitarismo. Prefiero pensar que mi pueblo no optaría jamás por agredir o insultar a un pequeño grupo de mujeres con flores en las manos.

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Las Damas de Blanco, repudiadas por los simpatizantes del gobierno, y finalmente acorraladas contra la pared de la casa de una de ellas.
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martes, diciembre 08, 2009

Un día para el emigrante.

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Recordando algunas de las objeciones que mi buen amigo Jorge Ignacio Pérez (ex - periodista del Granma, emigrado en Barcelona y autor del blog Segunda Naturaleza) tiene acerca del trato que suele dársele a los emigrantes en España, pensaba en la visceral diferencia que entraña ser emigrado latino allá en la península, y serlo de este otro lado del mundo, por ejemplo acá, en un país como México. Acaso debería preguntar su parecer a otros buenos amigos bloggeros, como Camilo Venegas (El Fogonero), quien vive en la República Dominicana, ese mismo país del que Ana Zilma Miranda (Bisturí sin filo), está justamente trasladándose a España, siendo todavía quizás un poco prematuro preguntarle si está o no de acuerdo con el parecer de Jorge Ignacio.

Aún no sé si en San Luis Potosí, aquí mismo en México, donde vive el amigo Ángel Collado (Collado Ruiz, apuntes literarios), se celebró el Día del Migrante como acá en Hermosillo, lo que sí me consta es que, en esta ciudad, el domingo en la noche tuvo lugar un evento donde los mexicanos del noroeste demostraron con creces que este no es un buen sitio para la xenofobia o el menosprecio al extranjero que corta sus raíces y llega a compartir espacio, trabajo y comida con los nativos.

Al decir de René Yégüez, un venezolano que lleva aquí una buena cantidad de años, en esta región, lejos de ser un problema llevar el cartelito de extranjero, es casi una ventaja, pues los sonorenses se caracterizan por ser en extremo hospitalarios, por echarle la mano a quien lo necesite y en especial a aquellos que vienen de lejos, aventurándose hasta este peculiar clima de desierto. Quizás la diferencia está en que un país como España, donde a menudo los sudamericanos somos reducidos conceptualmente al peyorativo término sudaca, no es muy partidario de vernos como iguales, en tanto México tendría más de una razón cultural para asimilarnos como sus parientes cercanos.

El domingo se nos fue en la Plaza Zaragoza, en el Festival del Migrante 2009, entre los stands de unos quince países, repletos con sus artesanías, curiosidades y comidas típicas, y en el espectáculo junto al Palacio de Gobierno, en un escenario que aglutinó a artistas emigrados, lo mismo aficionados que profesionales, de unas ocho naciones. Jairo y Lorena, bailarines cubanos de la compañía Aldo Siles, danza contemporánea, estrenaron la coreografía Sábanas blancas, con aquel tema tan emblemático de Gerardo Alfonso, Marie la francesa cantaba la versión original de My way (Comme d’habitude), que no es de Sinatra como casi todo el mundo cree, sino de Claude François, y se turnaban los armenios, música de cámara, la danza Sakura, sakura, de Japón, y el león de China con tangos, calipso del Cayáo y la soprano habanera Marybel Ferrales con sus temas de Lecuona. El cierre, a cargo de un recién emigrado de relevancia internacional, Marciano Cantero, de Enanitos Verdes, el famoso grupo argentino.
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No tanto por las palabras del político que clausuró el evento – el gobernador de Sonora en persona con todo y su dispositivo de seguridad – sino por el amable intercambio entre los muchos emigrados con la gente de Hermosillo, se podía respirar en la Plaza Zaragoza el ambiente de amistad sincera, al recorrer los diferentes stands, al percibir la alegría sana de quienes no padecen la emigración ajena (acaso por sufrir la propia en tierra de los gringos), sino que se entregan de buena gana a los goces interculturales.
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Los stands competían entre sí por un premio del Gobierno y el Instituto de Turismo, y Cuba se llevó el primer lugar, en un empate sin precedentes con Venezuela. No obstante podría decirse que la competencia en este caso fue apenas un pretexto para ponerle ganas al lucimiento de cada comunidad, y a la postre, un espléndido espacio para sentir aquella grata sensación de que, al menos por unas horas, las fronteras de este mundo no son tan importantes.

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La danza del león, al momento de iniciar el espectáculo.
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Jairo Cruz y Lorena Carrión, en Sábanas Blancas.
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Marciano Cantero, de Enanitos Verdes.

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Aunque la prensa apenas recogió las fotos y palabras finales del gobernador, después que este se bajó del escenario fue que en verdad se clausuró el evento, con una buena parte de sus artistas cantando a coro La vida es un carnaval, de esa emigrada que fue la gran Celia Cruz, y poniendo a bailar al abundante público en la fría noche decembrina.

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