lunes, octubre 17, 2011

Jerry Seinfeld, la terapia.

Mientras mi país me colma a diario de noticias tristes, de decesos y represiones, mientras la vida de exiliado continúa y se hace virtualmente imposible alguna acción concreta más allá del uso libre de la palabra, a veces no queda más que espantar por un rato - o por un fin de semana - los malos sabores con algo de alegría y positividad.

En mi ayuda siempre ha acudido Jerry Seinfeld, un clásico del stand-up comedy que despliega filosofías curiosas y cándidas, lo mismo desde su show homónimo de televisión (terminado en 1998) que en sus espectáculos de sala. En ambos recurre al recurso de la "comedia de pie", para hacernos la vida más agradable.

Siempre que algunas transcripciones de sus palabras han tenido muchos like en mi muro de Facebook, me ha parecido pertinente reunir unas cuantas y publicarlas aquí, en el supuesto de que puedan servir de terapia para otros, como lo han sido para mí.

Buen provecho.

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.- Lo malo de la televisión es que todo el que sale parece estar haciendo algo mejor que lo que haces tú. Nunca se ve a nadie tirado en el sofá con papas fritas en la cara. Algunos se la pasan muy bien en los comerciales, ¿de dónde sacan tanto entusiasmo? ¿Los han visto? ¡Tenemos refresco, tenemos refresco, tenemos refresco!, saltando, riéndose, volando por el aire... ¡Es sólo una lata de refresco!... ¿Han visto un comercial mientras beben exactamente la misma bebida que anuncian? Ves a gente jugando voleibol, motos acuáticas, chicas en bikini...? Y piensas, tal vez le puse demasiado hielo al mío...

.- Me encanta mi contestador automático. Yo quisiera ser un contestador automático. Así, si por la calle me encontrase con alguien con quien no quiero hablar, le diría: “Disculpe, no estoy aquí en estos momentos, deje su mensaje y podré seguir caminando”...

.- Tengo un teléfono inalámbrico, pero no me gusta tanto, porque no puedes colgar ese teléfono de un golpe. Si te enojas y es un teléfono común, dices “¡No me hables en ese tono! Y… ¡¡PUM!!... Pero si es en un inalámbrico... “¡No me hables en ese tono!”… tic… tic...“Te lo advertí”…

.- Mi idea de sala de estar perfecta sería el puente de la nave espacial Enterprise. Un sillón, una buena pantalla, control remoto…Por eso Star Trek era la fantasía masculina suprema: volar por el espacio en tu sala viendo la tele. Los alienígenas siempre venían porque Kirk era el único con pantalla gigante. Venían los viernes. Boxeo Klingon, había que estar ahí…

.- Todos tenemos ideas personales sobre la seguridad, cosas que piensas que engañarán a los ladrones. En la playa, vas al agua y dejas la billetera dentro de un tenis… ¿Quién va a adivinarlo?... ¿Qué mente criminal penetraría esa fortaleza de seguridad?... ¡Le hice un nudo! ¡No podrán abrirlo! Puse la billetera en la punta del tenis. Nunca miran ahí. Miran el talón y se van.

.- Cada vez que sale en las noticias que agarran a un criminal, terrorista, psicópata, maníaco… ¿han visto como siempre se tapa el rostro con un periódico, o con la chaqueta...? ¿Qué es lo que le preocupa? ¿Qué reputación tiene este hombre que se preocupa que lo vean así, perjudicándose su buen nombre?... ¿Está pendiente un ascenso en su oficina o algo así? ¿Teme que el jefe lo vea en la televisión y diga: “Ese no es Johnson, el de Ventas?... Está en la torre del reloj y está tumbando personas una a una… No creo que ese sea el tipo de hombre que queremos para que dirija la nueva sucursal… Debería estar en Cobros, para eso sí tiene talento.”…

.- A la gente le gusta la idea de la venganza. ¿Han oído la expresión “La mejor venganza es vivir bien”?... Significa, en otras palabras, que la mejor manera de vengarse es ser feliz y tener éxito en tu vida. Suena bien, pero no funciona al nivel de Charles Bronson. Como en la película donde toda su familia es asesinada por delincuentes callejeros. ¿Crees que podrías decirle: “Charlie, olvida la pistola, necesitas un traje a la medida, un convertible, alfombra nueva, un sillón… ¡Así aprenderán esos desgraciados!”…?

.- Confieso que, por alguna razón, disfruto ser adulto. La razón número uno es que, como soy adulto, si me quiero comer una galleta, me la como. Puedo comer tres galletas, o cuatro galletas… once galletas si quiero. Muchas veces arruino mi apetito a propósito. Sólo porque sí. Y encima llamo a mi madre y se lo cuento. “Hola, mamá, acabo de arruinar mi apetito… ¡Por comer galletas!…” ¿Y qué más da? Como adulto, sé que si arruino mi apetito ¡ya me volverá más apetito después! No pasa nada que se te quiten las ganas. Tengo millones de ganas de reserva y puedo arruinar mi apetito cuando quiera.

.- Tengo un amigo hipocondríaco, cree que siempre está enfermo y nunca lo está. Pero también hay otro tipo de personas, que siempre se sienten bien, por muy mal que estén. ¿Conocen ese tipo de gente? Son muy irritantes. “Me siento muy bien. Me gusta estar conectado a un respirador, con suero, conectado a una máquina, ¡nunca me sentí mejor en toda mi vida!”…

.- ¿Por qué el compromiso es un problema tan grande para un hombre? Por alguna razón, cuando un hombre conduce por la autopista de la vida, la mujer que lo acompaña es como una salida. Pero él no quiere salir. Quiere seguir conduciendo. La mujer dice “Mira, gasolina, comida, alojamiento. La salida, es lo que necesitamos para ser felices. ¡Sal! ¡Aquí, ahora!”… Pero él se fija en el cartel de más adelante que dice “Próxima salida a 43 Km”, y piensa “Lo voy a lograr, lo voy a lograr”…

.- Los hombres cambian el canal del televisor más que las mujeres. Los hombres toman el control remoto, ni siquiera saben qué están viendo: “¿Una retransmisión?-No quiero verla- ¿Qué estás viendo?-No me importa-¿Quién era ese?-Ni idea- ¿Ese no es tu papá?-No importa, tengo que seguir con esto…” Las mujeres no hacen eso. Las mujeres cambian y dicen “Vamos a ver de qué trata el programa, antes de cambiar el canal”, pero los hombres no pueden parar. Y eso es porque las mujeres se asientan, y el hombre sale de cacería...

.- Antes de que existieran los canales, antes de la televisión, reyes, emperadores y faraones tenían narradores que les contaban historias. Con eso se entretenían. Siempre me he preguntado si hubiesen podido tener a 30 narradores juntos, con treinta historias diferentes, para poder irlas cambiando. Y poder decir: “Cuéntame tu historia… Para, ya no quiero escucharla más, cállate. El otro, ¿de qué me vas a contar tú? ¿Hay alguna chica en tu historia? ¿No? Cállate. ¿Qué cuentas tú? Déjalo, no lo quiero escuchar. ¿Y tú? Tampoco me interesa… Ya, ya, se pueden ir todos, me voy a dormir…”

.- Policías, no me preocupan los policías. Quiero ver más basureros. Es mucho más importante. Si nunca se podrá acabar con el crimen, al menos deberíamos estar limpios. Les diré lo que se debería hacer, se debería combinar ambos trabajos, hacerlos un solo empleo, “policía-basurero”. Siempre veo a policías por ahí caminando sin hacer nada… ¡Que cojan una escoba! Que se pongan a barrer. ¡Barre, barre, barre!… ¿Atrapaste a un criminal? ¡Pues dale a barrer otra vez!

.- La gente se pelea en la vida, cuesta creerlo. También cuesta creer que exista el boxeo. Me sorprende mucho. El problema del boxeo es que dos tipos se pelean sin haber tenido una discusión previa. ¿Por qué no entran en el ring, cada uno con un pequeño carro, tienen un pequeño accidente y comienzan a discutir “¡¿Acaso no vio mi señal?!” “¡Mira ese parachoques como quedó!”… ¡Entonces veríamos una pelea real!

.- De niño, tenía un periquito. Era la única mascota que disfrutaba. Lo dejábamos salir de la jaula y revolotear por ahí… Pero mi madre hizo cubrir una pared entera de la sala con un espejo, porque según ella el espejo hacía agrandar el espacio. ¿Han oído de esa teoría?... Con el espejo parece como si hubiera otra habitación. Pero ¿quién va allí y dice “Mira, hay otra habitación… y ahí dentro hay un tipo que se parece a mí”…? Bueno, el periquito se confundía, volaba por ahí, se metía de cabeza contra el espejo ¡Bum! ¡Ay!... Y yo siempre pensaba “bien, quizás el periquito piense que esa era otra habitación… ¡¿pero por qué nunca intentaba no chocar con el otro periquito?!”…

.- Les diré lo que me gusta de los chinos. Ellos siguen comiendo con palitos ¿verdad? Ya saben, conocen el tenedor, pero siguen con los palitos. Eso me impresiona. No sé qué me estaré perdiendo… Un granjero chino se levanta temprano, trabaja todo el día en el campo con una pala… Pala… Cuchara… ¡Vamos!… Ahí está: ¡No labrará 40 acres con dos palos de billar!....

.- Algunos de los eventos olímpicos carecen de sentido para mí, carecen de conexión con la realidad, como en las olimpíadas de invierno, ese biatlón, que combina esquí a campo traviesa y disparar con un arma. ¿Cuántos francotiradores alpinos están en eso?... Es como combinar natación y estrangular a un tipo. ¿Por qué no tenemos ese?

.- He leído un estudio científico que dice que hablar en público es considerado el temor número uno de la gente. Eso me pareció asombroso. El temor número dos era la muerte… ¡¿La muerte el número dos?!... Quiere decir que la mayoría de las personas en un funeral… ¿preferirían estar en el ataúd antes que hacer la despedida del duelo?...

.- ¿Cuál es el sentido del paracaidismo? Si saltas de un avión y el paracaídas no se abre, el casco es quien te usará a ti como protección. Más tarde el casco hablará con los otros cascos y les dirá “menos mal que el tipo estaba ahí, si no me hubiese golpeado contra el suelo directamente. Nunca salten de un avión a menos que lleven a un ser humano con ustedes. Es seguridad básica…”

.- Seguramente los caballos saben que el jockey está muy apurado. Él está sobre ellos, los golpea con esa cosa, va diciendo “¡Vamos, vamos!”, pensarán que obviamente el jockey está en un apuro. Pero el caballo llega extenuado al final y dice: “¡Bien, ya estamos aquí… ¿cuál es el sentido de esto?! ¡Es el mismo lugar de donde salimos!...

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