domingo, marzo 20, 2011

Satán, Gadafi y la ultraizquierda.

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Un buen amigo mexicano que anda por los Estados Unidos posteó un artículo en Facebook y me etiquetó. El título ya me resultaba muy familiar – Satán entró en Libya con fines humanitarios – con un subtítulo aún más sugerente – El Imperio payaso asesino – un estilo demasiado conocido para quienes desde pequeños fuimos entrenados en el arte de metabolizar al vecino del norte como una especie de poder infernal, como una fuerza maligna todopoderosa que nos atraía y nos despreciaba. Así, sin matices, metiendo en un mismo saco a la guerra de Vietnam, al asesinato de Kennedy, a Hollywood, a Mickey Mouse y a la goma de mascar.

El artículo, publicado en la página Kaos en la red por Orlando Sabini, un rabioso ultraizquierdista uruguayo, intenta revertir el tímido avance de la coalición en Libia – hasta el momento sólo un recurso para detener temporalmente a un Gadafi enardecido – en un protervo complot internacional para que el Imperio se apodere del petróleo libio, interviniendo diabólicamente en los asuntos internos de un país libre.

El discurso antiyanqui siempre ha sido cercano a los cubanos, la parcialización a ultranza en contra de todo lo que huela a norteamericano es el pan nuestro de cada día en la prensa oficial, y especialmente en la retórica audiovisual de la Mesa Redonda y el Noticiero Nacional de Televisión (NTV). Pero esta vez ocurre algo paradójico: Ahora no sólo siguen echando mano a las “siniestras estrategias” de los Estados Unidos, sino que se han dado a la tarea de tapar cuidadosamente cualquier referencia a los crímenes de Gadafi, o cualquier antecedente de perversión o corrupción del tirano. Nada dicen de los millones que le pagaba Gadafi a Beyoncé por un concierto privado, o de cómo financió la campaña de Sarkozy con el dinero del erario público libio, nada dicen de sus costosas excentricidades, mucho menos de sus ataques a civiles y sus más sangrientas amenazas a Bengasi:”Iremos casa por casa, habitación por habitación”…

Los ultraizquierdistas latinoamericanos suelen apoyar incondicionalmente a los Castro, a Chávez y demás caudillos que se unen al carnaval anti gringo. Regularmente enarbolan las gastadas banderas de la justicia social soviética y culpan de todos los desastres del socialismo a la CIA, al Pentágono y a la Casa Blanca. La parcialización ciega los lleva ahora a cerrar filas con Gadafi, a defenderlo más o menos abiertamente. El NTV se aferra al argumento de la no injerencia – olvidando convenientemente a la tradicional injerencia cubana en países como Angola, Etiopía, o un larguísimo etcétera de guerrillas latinoamericanas – y discrimina ahora a la intervención humanitaria por considerarla una intromisión en los asuntos internos de Libia.

Este ha sido uno de los peores patinazos de la propaganda procomunista en los últimos tiempos. La entrada en Irak pudo ser ilegal, con pretextos no muy bien armados, motivada por intereses económicos con todo y la aceptable consecuencia de que Hussein, otro monstruo, perdiera su hegemonía, pero con Libia todo se ha hecho conforme a las reglas de la ONU y con el cuidado de no intervenir aún por vía terrestre. Esta vez Francia comenzó el ataque, no el imperialismo yanqui. El patinazo que desconcierta a cualquier izquierdista informado es que todavía estos líderes supuestamente socialistas, y sus incondicionales voceros periodísticos (o hasta trovadores como Silvio Rodríguez), persisten en tirarle la toalla al exótico demente, al obvio tirano megalómano que no sólo ha convertido a Libia en su feudo particular, reclamando devoción absoluta a su persona, sino que les ha enfilado los cañones a su propia gente sin el menor remordimiento.

Siguen acusando a los imperialistas por la manipulación mediática, y olvidan que ya no es CNN ni El País, sino Twitter y las redes sociales de internet quienes divulgan mejor las crisis y las masacres.

En el fondo, estos soldaditos del estalinismo sólo están aterrados con la posibilidad de que a sus ídolos les pueda pasar, en un futuro cercano, lo que hoy les acontece a los dictadores del Medio Oriente. Ese terror amerita entonces un nuevo ángulo para la propagación de sus verdades relativas.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me llamo Orlando Sabini, "rabioso ultraizquierdista" es un título que Ud. me adjudica y yo, agradezco.
Vivi en Libya y es un ejemplo de democracia, más allá de Gheddafi y su megalomanía, su afan de dinero y poder.
Yo tengo otra filosofia de vida. Estoy contra el consumismo. Cuando cerré mi empresa, repartí todo con los empleados....todo!!!!!! son cosas que ud. no estaría dispuesto a hacer presumo por su aire occidental, amigo del dinero.
No pertenezco a ningún "ismo", ni partido político. Me dedico a estudiar, ya en la última etapa de mi vida. Ud. es joven y puede que algún dia coincida conmigo que el capitalismo es el padre del consumismo ingenuo. Pero es cuestión de filosofía y/o de tiempo. Ud lo tiene por delante y puede aprender lo que es la CIA, la base 51, las Corporaciones y todo eso que conforma el Imperio. Averigue, informese y luego si quiere intercambiamos opiniones. Por ahora Ud. es un "sanguíneo" y yo un analista de bastantes años.
No estoy con Cuba ni contra Cuba. Si a los cubanos no les gusta Castro, es un problema que tendrán que resolver. Asi como no me siento de opinar y aconsejarlo de cambiar algo en Ud. Ya vé son dos conceptos diferentes. Ud sentencia y yo analizo.....los años enseñan....si queremos aprender.
Lo saludo y si se enoja....es una actitud irreflexiva.

Rodrigo Kuang dijo...

Señor Sabini, este es un humilde blog personal que proyecta opiniones personales en este nuevo tipo de expresión que facilita la 2.0, una mezcla de bitácora y periodismo. Ni soy tan joven como cree, ni soy consumista. Soy budista y vivo conforme a ello, o al menos trato de hacerlo. El calificativo que tanto le enorgullece es algo que distingo entre sus artículos - suelo leer casi todo lo que se publica de mi país y usted a menudo aparece entre los más intensos apologistas de nuestra dictadura - y como creo entendió, no es un ataque a su persona sino una opinión sobre su hiperbólico entusiasmo hacia un mito libertario que ha terminado tristemente en una caricatura de lo que pretendió ser. Sigo pensando que su artículo, tal y como funciona la publicidad castrista, quita de la vista el origen verdadero del problema (Gadafi) y vuelve sobre la cantilena del satánico imperialismo. Sin poner en duda la ya ancestral mala intención del poder norteamericano - nunca los he defendido y es más, creo que los tentáculos de su hegemonía van mucho más allá de lo político y nacen de distorsiones ocultistas con varios siglos de ejercicio - trato de no perder de vista a la brutalidad del tirano libio en este preciso contexto, ni la complicidad de nuestros propios tiranuelos tropicales, aquellos que aún hoy le siguen siendo fieles al demente, aquellos que cuentan al pueblo cubano sólo una parte de la verdad, concentrados en la euforia del odio antiyanqui para cubrir sus propias espaldas.
No cierro ninguna empresa porque no la tengo, y si la tuviese, en lugar de dejar sin trabajo a mis empleados, quizás trabajaría más duro para que todos tuviesen honorarios decentes. Tener dinero ganado con el sudor no es un delito, el delito es impedir a los demás que lo ganen, como nuestros dirigentes cubanos, que se dan la gran vida mientras siguen exigiendo el sacrificio ajeno.
No estoy enojado con usted, su réplica ha sido decente y respetuosa. El hecho de que no vamos a ponernos de acuerdo en la comparsa pro-castrista, es asunto de cada quien, y no tiene que ver con edades ni experiencia, sino con ètica, humanismo y sentido de la lógica.

Anónimo dijo...

Estimado amigo, le confieso mi confusión. Agradezco su respuesta y el tono de la misma pero no dejo desorprenderme en su idea hacia mi de Castrista. No lo soy. he pasado una vida tratando de encontrar el sentido de las cosas. No me afilio a ningun "ismo". Valoro cosas y critico cosa, ya sean de Castro o gheddafi. Por otra parte le diré que mi fábrica la cerré por cuanto este libre mercado me impedía competir con China. Puedo asegurarle que pagué los mejores salarios y no me llevé un solo peso o dolar de la empresa. Aclaro esto, tal vez innecesariamente. Vivo conforme con lo material....
Si Ud. comparte la filosofía budista, entonces sabrá que hay otros valores por los que hay que luchar. Creame vivimos en un mundo al revés y lucho contra contra es "inhumanidad" que nos inculcan a través de "consumismo-capitalismo". EE.UU es más que un ejemplo. Soy italiano y me averguenzo de la sociedad italiana. Vivi en Libya mucho tiempo, como en Rumania, Brasil, Colombia y Uruguay, viví, no cmo turista.....y aprendí que el hombre se rige por el principio del placer y no del deber. Que los gobernantes no son los más sabios sino lo más habiles y ladinos. Contra eso estoy. Jamás voté y tampoco iría a la guerra. Ya la vivi, se perfectamente lo que es. Lo que me robó, la tragedia que sufrimos. Estoy contra eso....estoy contra el mundo del revés.
Espero le ayude a entender lo que tal vez no sepa expresar en mis artículos.
Un abrazo

Rodrigo Kuang dijo...

Señor Sabini, quizás la definición mal aplicada de "castrismo" vino montada sobre el arquetipo de bandos que muchos suelen adjudicar a los seres humanos, y en los que a menudo caemos sin apenas percatarnos. Tiene usted razón, y deseo creer que, aún siendo un entusiasta (¿rabioso?) antimperialista, ello no implica que sea devoto de sus antípodas - me refiero a Castro y Chávez, antípodas filosóficas, no de poder material, que tampoco llegaron al nivel de los rusos - ni que sólo por detestar visceralmente a los yanquis opte usted por adorar a unos oponentes históricos que dejan mucho que desear, entre ellos al propio Gadafi. No es común que algo así ocurra - los ultraizquierdistas suelen satanizar al imperio y a su vez, casi inevitablemente, sacralizar a sus enemigos rebeldes -, pero concordemos en que es cierto.
La idea original que, a partir del link de un amigo en facebook, estimuló este post, fue precisamente la de parabolizar su postura con la de la prensa oficial cubana. Es decir, el problema de Libia es provocado por los yanquis, y el pobrecito Gadafi - antimperialista congénito - es sólo una víctima de la conspiración internacional.
Quizás por ello lo asocié a usted con el sistema de publicidad política que rige en mi tierra, que muestra sólo partes de la verdad y esconde las que ideológicamente no convienen. Pero todas estas cosas siguen siendo subjetivas mientras se trate de un foro en internet. Ya lo ve, supuse que era usted uruguayo por uno de sus artículos ("La historia de mi país que no me contaron") donde se refiere a esa bella nación - que tuve el gusto de conocer - como suya, y es que sólo la identidad de lo que escribimos es lo que nos presenta ante nuestros virtuales interlocutores, quienes pocas veces nos ven como realmente somos.
No soy analista político, soy artista, periodista independiente y opinante inmaduro como tantos hermanos míos regados por el mundo que escriben en blogs o en periódicos, y cuentan al mundo la parte de la verdad que nuestros dictadores no quieren decir ni escuchar. De ordinario somos catalogados como "gusanos", "contrarrevolucionarios", y (he aquí el punto) "mercenarios del imperialismo", aunque jamás hayamos recibido financiamiento de la CIA ni por casualidad. A esos esquemas me refería al principio. Quizás nos hemos vuelto tan obtusos que no podemos imaginar que alguien - que no sea Fidel Castro, Chávez o Daniel Ortega - defienda a Gadafi y se vaya por la vertiente de la conspiración internacional sin reparar demasiado en las payasadas sangrientas de un megalómano irrespetuoso y criminal. Si vivió en Libia, debe saber mejor que muchos de lo que hablo.
En lo personal, no creo que la guerra resuelva problema alguno en este planeta, pero también creo en el karma, y creo que Gadafi excedió demasiado los límites de su albedrío, y que está haciendo pagar a un pueblo entero por ello.
Lo de la intervención ya es otra historia. No es una panacea, pero observe bien y verá en la prensa a muchos izquierdistas protestando por eso, y que jamás se opusieron a que Cuba entrase a pelear en Angola o Etiopía, o que apoyase firmemente a guerrilleros y hasta etarras con traspaso de armamento soviético. Es más, conozco a algunos que se hicieron eco de aquel llamado "internacionalismo proletario" como algo noble, y que para los cubanos sólo trajo penas y muerte. Dos de mis amigos de la secundaria murieron en Angola, peleando por la "causa justa" de lo que hoy ya sabemos que es un gobierno corrupto (un gobierno y un dictador platanero con ínfulas de rey) y que en cualquier momento le pasa lo que a Mubarak.
En mis manos no está detener (ni siquiera entender) la verdadera naturaleza de la intervención ONU-OTAN en Libia, y por ello escribo sobre lo que conozco o intuyo, a saber, mi país y la sátira a la falsa izquierda que apoya a tiranos mientras denuncia a los imperialistas.
Lamento haberlo llamado a usted "castrista", y debo pedirle disculpas, pues pocos adjetivos resultan ya tan groseros como ese.
Saludos.

Anónimo dijo...

No son necesarias sus disculpas. Yo también soy artista plástico y eso es importante.
Pero insisto y Ud. habrá visto que cuando mencioné a quien todos conocen por Fidel, yo lo hice "el Sr. Fidel Castro. De Chavez nunca hablé. Mi filosofia de vida es buscar lo que hay sobre mi y amar a mi prójimo. Reconozco que el imperialismo a inculcado una cultura nefasta. Creo que la Humanidad se ha perdido siglos preciosos para su evolución.
Tampoco estoy de acuerdo con la intervención cosa que la Globalización la ha hecho un comodin para todo lugar y tiempo. No puedo hablar de la intervencion cubana en Angola, no tengo elemento. Si deploro esa intervencion como la OLAS que propulsó el gobierno de Cuba.
Trato de mantener un dificil equilibrio, casi imposible hablando de política. Como le dije nunca voté. Tengo una firme adversión a los políticos de este y otros tiempos. Prefiero la guia de los sabios...pero eso es casi utópico.
Bueno, me alegro que esto haya sido una demostración de un intercambio de ideas, abierto y saludable.
Yo pinto, pero como le decía me intereso más por las cosas sutiles de esas manifestaciones de energía que algunos llamn espíritu.
Un fraternal abrazo