martes, marzo 08, 2011

La pasarela de los chivatos.

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El desfile de chivatos quemados continúa. El momento de sacar a la publicidad al más reciente – un buscavidas que antes de ser reclutado se ganaba los frijoles instalando antenas parabólicas clandestinas y trapicheando ilegalmente con piezas de computadoras – no podía ser mejor. El juicio a Alan Gross está concluso para sentencia, y todo lo que se haga para satanizar a Internet es poco. Todo lo que apoye al mito de que la información es subversión, que hacer llegar internet a los cubanos es contrainteligencia y que un servidor es lo mismo que una planta espía de la Segunda Guerra Mundial, todo será poco para ellos en este período en el que las dictaduras del Medio Oriente se tambalean y caen, gracias a la red 2.0, gracias a la cercanía y libertad de expresión que genera una modernidad de nodos enlazados entre sí.

Dice el Granma: “¿Acaso habrían pensado Marcos y Robert Guerra (el amigo radicado en España y el “extranjero malo”) que el hecho de trabajar «por la izquierda» presuponía que él podía hacer algo en contra de su país?”… Al reconocer que alguien como el recién destapado delator “trabajaba por la izquierda”, o dicho en términos castristas “realizaba labores ilícitas” para sortear la dura crisis económica delinquiendo, es un buen ejemplo de que ya no están saliendo de muy buena calidad los chivatos de la seguridad. La reciente hornada de informantes no ostenta mucho brillo cerebral, y más bien lucen como atrapados en malos pasos a quienes no les quedó más remedio que tomar el lado de los gendarmes y quedar fuera de prisión.

Después del destape… ¿seguirá el delator trabajando “por la izquierda” o ya se habrá ganado un puesto en el Ministerio de Informática y Comunicaciones, obteniendo como salario una mínima fracción de lo que se buscaba como trapichero de parábolas clandestinas?

El texto final de Dalexi González en el episodio “Verdades y principios”, del culebrón "Las Razones de Cuba", un texto leído por él con muy mala técnica actoral, escrito por quién sabe qué cursi especialista: “A partir de entonces me convertí en Alejandro para ellos, y en Raúl para la seguridad de mi país”, caminando delante de una bandera cubana que ondula en el cielo despejado de los más puros ideales, parece ser el justo y adecuado colofón al desfile ridículo en el que un gobierno patalea ante lo inevitable, ante una revolución tecnológica que muy pronto hará imposible la tarea de bloquear la información y el acceso a las redes sociales de Internet, mucho menos seguir construyendo héroes con seres tan patéticos como estos que ahora desfilan, uno tras otro, ante las cámaras de la televisión cubana.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

pa los que creen en yoani, jajajajajajaja, veanla aqui con reporteros y en linea con radio marti durante un programa que duro mas una hora. en el otro extremo michelle obama y la clinton, jajajaja.
a ver por que no puede hacerlo reyna luisa ???? vamos respondan

http://www.martinoticias.com/noticias/Yoani-agradece-el-puente-informativo-de-Radio-Marti-117712214.html