martes, abril 27, 2010

Vienen, vienen, vienen los payasos...

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El pasado domingo, mientras el Gran Circo de los Comicios tenía lugar en nuestra isla, con el antiguo cántico de “las elecciones más democráticas del mundo”, en las cuales se lucieron los acróbatas políticos que desde hace cincuenta años se las han ingeniado para seguir en lo alto del trapecio sin caerse - bastante viejitos ya para esas andanzas, pero con mucha maña para aferrarse a lo más alto de la carpa -, mientras los magos del Partido Comunista hacían su mejor número, el de desaparecer al Congreso por tiempo indefinido y en su lugar, aparecer ellos, nuevamente, como los jefes del gobierno, disfrazados con las vistosas lentejuelas del traje de parlamento, los payasos, sin embargo, fueron enviados a repudiar a las Damas de Blanco en el barrio habanero de Miramar.

Mostrando sus números más decadentes, gritando a las señoras esposas y madres de los presos políticos con la pesadez característica de los payasos rusos en la época de Stalin, cosas como “Qué cosa representa a qué, madre de quiénes, una pila de descaráos es lo que son y ellas son las primeras igual, que por cuatro pesos de mierda son capaces de vender hasta el c… (bip)”, haciendo monerías con la lengua sin cepillar, riéndose mutuamente las sangronadas o poniendo tarritos, en divertido domingo circense de impotencia y agresividad.

Los payasos fueron aplaudidos por sus mentores, los compañeros del Ministerio del Interior, quienes también los premiaron con cuadritos de azúcar y pasaron a ejecutar su número de malabares cuando comunicaron que no se puede hacer manifestaciones sin un aviso previo de tres días (tres días son suficientes para alertar al equipo de payasos y que lleguen en manada a repudiarlas), y cinco metros y medio para marchar, no más que eso, que los payasos se cansan con tanta monería por 5ta Avenida debajo de ese sol que les derrite el maquillaje. La tarde de circo terminó con el especial de ilusionismo, donde las Damas de Blanco fueron metidas en una guagua mágica, y desaparecidas de Miramar.

El público en general, el pueblo de Cuba, como siempre, presenció el evento circense, y no le quedó más remedio que aplaudir en silencio. A nadie le gusta que un mago venga y lo desaparezca.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Es increible que a pesar de ser un pueblo 100% Reprimido y Hambriento, aun queden personas tan ignorantes que le hagan corro al regimen, sera falta de memoria o es que el mestizaje nos convierte en mala raza...

Saludos, Eduardo.