Aún no vamos ni por el tercer inning. El pitcher está bastante cansado ya, pero todavía tiene buen repertorio de lanzamientos, puede tirar pelotazos dolorosos aunque sacrifique bases, y peor aún, tiene varios posibles relevos calentando en el bullpen.
Este juego no es en el Latino, sino en el Comité Central del PCC. Muchos creen que ya entramos al último tercio del encuentro, que Fidel y Raúl, manager y pitcher respectivamente, han mostrado signos de cansancio al permitir que se les llenaran las bases con este asunto de soltar a los presos políticos, cuando en verdad sólo han sacrificado las almohadillas para evitar los extrabases, y confían en que algún golpe de suerte, en extrainnings, les va a salvar el pellejo.
El equipo está tan desequilibrado, que por un lado siguen mandando turbas represivas a agredir a un parapléjico sólo por exigir una tarjeta blanca para viajar, por otro lado la prensa oficial reconoce públicamente que la destrucción del sistema ferroviario se debió a “indisciplinas” y “deficiencias de dirección” (o sea, corrupción, a las dos manos, de las altas esferas), y por otra parte el comandante sigue vaticinando el fin del mundo, aunque ahora le eche la culpa de los fallos en su premonición a algún funcionario del MINREX que se durmió y le copió mal un informe.
Alarcón, por su parte, saca una bola escondida y declara que sí, que van a soltar a todos los presos políticos – todo a su tiempo, ¿cuál es la prisa? – pero a renglón seguido reclama a los inconformes que, entre los presos que la gusanera quiere soltar, también está el asesino de Fabio di Celmo, el turista italiano que pereció por una bomba en el hotel Copacabana. O sea, todos los presos políticos son asesinos terroristas, y sólo los soltamos porque no tienen hechos de sangre (todavía), y porque los del gobierno somos muy buena onda. Le estamos sacando dinero a una pizzería en moneda dura de El Vedado, con la imagen del italiano asesinado, pero los cabrones son los otros.
El doble play ha sido, sin dudas, la jugada con la que se deshacen de los disidentes excarcelados, mandándolos directamente para España. Dan un plazo de hasta cuatro meses para soltar al resto de los encartados durante la primavera negra del 2003, y no hablan nada, absolutamente nada, de los demás presos de conciencia. No importa, en cuatro meses pueden ir viendo cómo van a instrumentar la vigilancia y control de algunos terroristas como el doctor Elías Biscet, negados a marcharse al destierro, y dar tiempo a ver si la presión internacional baja un poco.
No amigos, este juego no se termina aún. Como dijera Anglada en un memorable play-off de la serie nacional, “esto se acaba cuando se acaba”.
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2 comentarios:
ahora lo unico que falta es que se vaya la luz en el stadium , o pase una tiñosa y le "derrame", lee que finura mia, hermano así somos los de Marianao, en vez de poner que le cague la cabeza a Fidel.
Un abrazo hasta Hermosillo. angel
La gente de Marianao (el verdadero Marianao, no el recortado del 76), es tan fina como repartera, hermano. Tenemos de Miramar y de Cocosolo, de Colhy y de Los Pocitos. Podemos desear que "un ave de rapiña de nombre científico cathartes aura deposite sus eses en la testa del usurpador", o tambien que "el aura tiñosa se cage en la chola del hijoeputa mandamás".
Abrazos hasta San Luis Potosí.
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