jueves, julio 15, 2010

Vale todo, novela de TV O Globo, protagonizada por Lula da Silva.

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Lula da Silva, con todo y su apodo convertido en nombre legal desde las elecciones del 82, está protagonizando en estos momentos una nueva versión del clásico novelón escrito por Gilberto Braga en el 88. La trama comienza cuando, en marzo de este mismo año y ante los micrófonos de una agencia de noticias gringa, declara: “Tenemos que respetar la determinación de la justicia y el gobierno cubanos”, y para rematar, "La huelga de hambre no puede ser un pretexto de los derechos humanos para liberar a las personas. Imaginen si todos los delincuentes presos en São Paulo hicieran un ayuno para pedir su liberación…"

El personaje presidente compara a los opositores cubanos en huelga con los criminales presos en Brasil, y por ello el conflicto se acrecienta. Su vieja leyenda populista comienza a deteriorarse en forma directamente proporcional a la amistad con los dictadores y opresores de las masas cubanas. La escena más fuerte transcurre el mismo día de la muerte de Orlando Zapata Tamayo, cuando bromea muy animadamente con los dictadores, junto a la piscina de la mansión de Fidel Castro.

Pero… la historia toma un giro inesperado: el mandatario de pronto ya no cree que los opositores sean delincuentes. Por el contrario, cuando se entera de que a unos cuantos de ellos los están deportando para España, directo de la prisión al aeropuerto y sin pasar por el barrio ni a decir “quiay”, se emociona y expresa: “Quedé tan feliz como cuando me soltaron en mayo de 1980”. Su solidaridad para con estos hombres que fueron condenados a veinte años y liberados luego de siete, recordando el prolongado período (de un mes) que pasó tras las rejas, se hace incuestionable cuando dice: “Dios quiera que todos los países suelten a todos los presos que son considerados políticos”…

La acción de la novela se aplaca. El personaje del presidente brasileño, en menos de medio capítulo, ha cambiado su punto de vista. Antes no reconocía la existencia de presos políticos en Cuba. Ahora no sólo los reconoce, sino que está muy feliz con este gesto de generosidad que han tenido sus hermanos dictadores, aquellos que le dieron total apoyo cuando Collor de Melo le armó el escándalo de la antigua novia negra a la que había pedido que abortara, y perdió dramáticamente sus primeras elecciones.

No vamos a adelantar el final de esta telenovela, pospuesto para las elecciones brasileñas del 2011, pero a modo de avance, los productores de TV O Globo nos han dicho que a partir de este momento, las contradicciones del personaje Lula se harán cada vez más evidentes, y que ya no podrá distinguir con efectividad a los villanos de los personajes positivos.

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Luiz Inácio Lula da Silva, departiendo animadamente con los dictadores cubanos, junto a la ostentosa piscina de la mansión Punto Cero, de Fidel Castro, el mismo día en que moría Orlando Zapata Tamayo, en huelga de hambre.

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3 comentarios:

Maite dijo...

Es exactamente asi, cuando miras todo lo que esta sucediendo en relacion a Cuba, parece una gran telenovela... villanos, heroes, camaleones y por supuesto momias.
El final como en muchos canales lo decidira la audiencia...
lamentablemente al cubano le encantan los culebronessssssss

Jorge Ignacio dijo...

miserables! bien, Wichy, no te detengas en denunciar estas cosas que nos duelen tanto. Observo que a Lula le falta el dedo meñique en la mano izquierda, para contar menos...quizá.

Rodrigo Kuang dijo...

Así es, mi socio, veo que tienes excelente vista. En efecto, a Lula le falta ese dedo desde que tenía 17 años, por un accidente cuando era obrero aprendiz. Lo triste es que ahora, después de viejo, también le falte un pedazo de sensatez a su organismo.