Y los diez millones... ¿ahora para cuándo irán?

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Luego de la sacudida de mata que se llevó en claro a dos ministros, entre ellos a un viceministro y al compañero a cargo de la cartera del Azúcar, aparecen los números siniestros, y resulta que la actual zafra en Cuba es la peor desde 1905. ¡La peor en un siglo y pico!

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Según las cuentas que ha sacado el propio periódico Granma, al parecer el pronóstico de toneladas de azúcar más optimista va a ser poco más de 1.2 millones de toneladas, en tanto observadores menos complacientes, como el economista disidente Oscar Espinosa Chepe, aseguran que no llegará siquiera al millón. Esto en un país que solía producir sobre los 7 millones, parece ser la debacle sobre ruedas, la demostración más brutal de la ineficiencia fidelista. Lo más doloroso es que la industria azucarera siempre fue uno de los símbolos más queridos de la cubanidad.

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La salida como bola por tronera del ministro Luis Manuel Ávila no deja de ser una burda maniobra de chivos expiatorios. Es decir, puede que el compañero ministro fuese en verdad un inepto, pero… ¿quién fue el inepto que lo puso allí? ¿quién le encargó reanimar una industria que desde hace rato ya estaba haciéndose pedazos, y sólo por las más equivocadas medidas llegadas desde lo más alto?

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Aparentemente, ya no queda nada de aquellos alardes del año 70, cuando Fidel Castro paralizó al país entero para consumar uno de sus más sonados alardes, el de una zafra de diez millones, y luego de pasar apenas de los ocho, “convertir el revés en victoria” y seguir tan campante jugando divertido con las estrategias económicas de la nación. De ser insignia mundial en la exportación del azúcar, hemos pasado a importarla desde Brasil y Colombia.

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De alguna manera me viene ahora a la mente Celia Cruz, y el triste respaldo que, en los últimos años, ha pasado a tener su universalizado grito de guerra… ¡Azúcar!

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