No importa que en México aún no sea “el día de la madre”, así en singular, que a diferencia de nuestro plural “día de las madres”, no importa que acá se celebre fijo cada diez de mayo (el día de la semana que caiga), igual ya desde temprano las cubanas que hay por esta ciudad andaban llamando a mi mujer por teléfono para felicitarla, como si hoy hubiésemos amanecido en uno de esos húmedos domingos isleños de mayo, donde las madres cubanas reciben un poco de retribución afectiva luego de tanto sacrificio.
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Mi madre está allá en Marianao, y como la congestión de las líneas telefónicas no me ha permitido decirle un buen “felicidae poeddia de lajmadre”, me he sentado a escribir esta entrada, aún sabiendo que no tiene internet para leerla, pero confiando en que, al menos con esta pequeña acción, por ella y por las demás madres cubanas, llegue a sentir mi astral y sepa del respeto y el amor que siento hacia las señoras que viven y sobreviven en nuestra patria, echándose sobre los hombros a la mayor parte de la dura carga doméstica nacional.
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No importa la diferencia ni los tantos “días de las madres”, que si en Europa se celebra el primer domingo de mayo, con el espíritu de la diosa Rea, madre de los dioses griegos, o que en Cuba se festeje el segundo domingo - acorde con la tradición que empezó en los Estados Unidos luego de que la joven Ana Jarvis, en 1905 y en honor a su fallecida madre, lograse que el presidente Wilson hiciera oficial la fecha -, o que los mexicanos desde 1922 - por concurso del periodista Rafael Alducín - tengan al 10 de mayo como día especial de sus “jefecitas”, no importa porque en cualquier parte de esta tierra, cada día es un día de las madres.
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Me uno a Carlos Varela cuando aseguró, en entrevista para un canal de Miami, que si bien es algo positivo que se nomine a las Damas de Blanco para el Premio Nobel de la Paz, “también se lo merecen cientos de miles de mujeres que no salen a la calle y que marchan a diario, y batallan a diario, desde el silencio de sus cocinas”. A todas ellas, a las Damas de Blanco, a las madres de los 5 espías, a las federadas, a las madres de jineteras, a las jineteras que son madres, a las doctoras, maestras, amas de casa, vendedoras de maní, a las madres de opositores y madres de segurosos, a las madres cubanas, a mi esposa, a mi hermana, a mi madre: Felicidades.
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2 comentarios:
Gracias mi hermanito, recibidas y guardadas.
Yo hable temprano con mima y como cada segundo domingo de mayo desde que estamos lejos, estaba esperando la llamada para luego ir a casa de Mami.
Felicidades a la Jefecita de Mexico, luego hablamos.
revisa el blog de silvio
http://www.segundacita.blogspot.com/
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