martes, mayo 26, 2009

La estatua de Stalin en La Habana

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De mil maneras diferentes sobrevive en Cuba el legado estalinista. Si bien ya no se le rinde pleitesía evidente a cosa alguna que haya parido la ex Unión Soviética, el refuerzo de la maquinaria estatal, el control de la información y la manera arbitraria en que se manejan la legalidad política y las libertades civiles, siguen manteniendo a nuestra sociedad con la imagen de un nicho superviviente de aquel gobierno luminoso que, luego de cumplir su parte en la eliminación del genocidio nazi, se encargó por cuenta propia de liquidar – según los historiadores aún no puestos de acuerdo – entre cuatro y sesenta millones de personas.

El georgiano Iósif Visariónovich Dzhugashvili, más conocido por el apodo Stalin – del ruso stal, que significa “acero”, con todo y el sufijo personal in, el mismo que usara Lenin – , supo extender su influencia mucho más allá de las fronteras soviéticas, y de alguna manera surrealista, convertir a nuestro país en su más ferviente albacea occidental.

Llegará el día en que nuestro propio legado totalitario, el fidelista, sea más reverenciado en otros países que en el nuestro, y es de presumir que los llantos por la eventual muerte del máximo líder se escuchen más afuera que adentro. Cuando hace pocas semanas leía las declaraciones de los socialistas mexicanos, esos que encabeza López Obrador y que llegaron a justificar las recientes reflexiones anti mexicanas del comandante, y con estupor descubría como una de esas personas llegaba a decir que “Fidel nunca se equivoca”, no podía dejar de imaginarme el futuro fallecimiento del comandante con tintes parecidos a los de la muerte de Stalin y su repercusión en los partidos izquierdistas del mundo.

En 1953, al día siguiente de fallecer el Genial Guía de los Pueblos, apareció en Les Lettres Françaises, el semanario cultural del Partido Comunista Francés, un número especial dedicado al recién desaparecido dictador. El dibujo de Picasso que homenajeaba al líder fue sin embargo muy mal recibido entre los comunistas franceses, quienes vieron una caricatura burlesca en el trazo, una ofensa al finado dirigente del PCUS, y exigieron la recogida y quema de todos los ejemplares de la publicación. Tanto Louis Aragon (director del periódico) como el propio Pablo Picasso, se plegaron ante la protesta y pidieron infinitas disculpas a golpe de pecho. Al parecer, tampoco Stalin se equivocaba jamás.

Stalin se pasea por nuestra capital aún después de casi sesenta años muerto. Y hoy día muchos izquierdistas mexicanos siguen a Fidel con la misma lealtad conque Alfaro Siqueiros organizara el asesinato de Trotsky en 1940.

Al menos la estatua habanera al Genial Guía de los Pueblos, esa a que hace referencia el título de este escrito, sólo existe en la ignorancia y confusión de un fotógrafo canadiense, uno que, de alguna manera no menos surrealista, y acaso ofensiva para nuestra nacionalidad si no fuese tan ridículamente chistosa, subió a una web de viajes turísticos la foto contrapicada de la efigie de Stalin en La Habana.

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Stalin statue, Havana, dice el pie de la foto en la página TripAdvisor, firmada por LabLight, desde Canadá.
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9 comentarios:

sylviatmanriquez dijo...

Hola Wichi
Como puedo comunicarme contigo? Sylvia T Manriquez

Rodrigo Kuang dijo...

Escríbeme a rodrigokuang@gmail.com
Saludos

Anónimo dijo...

Tremendo animal el fotógrafo ese. Deberían negarle la visa a Cuba en lo adelante sólo por ser tan bestia de confundir a Stalin con Martí.
¿Es que no tuvo siquiera la decencia de preguntar?

Anónimo dijo...

Me uno a la sorpresa por esa foto y su increíble cartelito. No es que no lo creyera, pero tuve que dar click al enlace para comprobar que la cosa era en serio. Yo sí creo que es ofensivo. La ignorancia puede ser muy ofensiva, incluso sin querer.

Anónimo dijo...

oye, candela, que clase falta de respeto

ley martinez dijo...

es que el relaciona bigote con totalitarismo?...Hitler, Saddam, Lenin, Stalin, jejeje hay que decirle que en los 1800's muchos usaban el bigote, no necesariamente relacionado con ciertas ideologias.jejeje. que animal

Anónimo dijo...

alo alo wichy pasaba por aqui para leer un poquito, interesante en blog. saludame a la bella yanelis ya tu niño alvarito tan bonito! cuidense. me da mucho gusto tener como amigos gente tan grande como ustedes. saludos. verania luzero

Cary dijo...

Ese no es Stalin ese es nuestro héroe nacional José Martí, que ignorancia debían retirar está publicación

Cary dijo...

Ese no es Stalin es nuestro héroe nacional José Martí ignorante