jueves, mayo 21, 2009

Pablito en Hermosillo con la República

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Anoche, miércoles 20 de mayo, en el aniversario no celebrado en la isla del nacimiento de la República cubana, Pablo Milanés en persona llegó a la ciudad de Hermosillo para ofrecer un concierto, como noche de gala de las Fiestas del Pitic, esa despampanante romería que se ha consolidado como la celebración cultural más popular del estado de Sonora.

La visita de Pablo, la cuarta en diez años a la ciudad y la segunda para el evento, ocurrió por casualidad, pues la invitada original era Rosario Flores y esta canceló a última hora su presentación debido a la paranoia del virus H1N1, así que Pablo Milanés sacó la cara y vino para llenar con sus canciones el escenario construido en la Plaza de la Bandera. Un concierto con los temas clásicos y algunos recientes, no muy extenso, pero eso sí, portador del encanto permanente que siempre ha tenido una de las figuras más queridas de la Nueva Trova cubana.

Para mi generación, Pablo es como un amigo cercano de los ochenta, alguien que siempre te acompaña donde quiera que estés. Pero lo curioso de su inserción en este contexto, es que muchos de los hermosillenses maduros aún lo esperaban con la ilusión de mirar de cerca a uno de los símbolos de la Revolución cubana. Ellos vivieron en esta ciudad, en sus años estudiantiles, una época de subversión, sufrieron la represión del gobierno mientras reclamaban derechos civiles y cantaban loas a los íconos libertarios del Che y Fidel, imágenes que aún conservan intactas, y para ellos nada ha cambiado. Cuba sigue siendo el faro de América y Pablo Milanés un cantor de la Revolución.

No hay manera de explicarles que Pablo, gracias a su colosal sensibilidad, en los últimos tiempos ha definido públicamente su posición de artista y ser humano ante la institucionalizada contrarrevolución de nuestro país. Ha hecho un llamado a regenerar las filas del gobierno, convencido de que (según sus propias palabras) “estamos paralizados en todos los sentidos, hacemos planes para un futuro que nunca acaba de llegar”… No hay manera de hacerles entender que ya este Pablo no es el mismo que cantaba Bolívar lanzó una estrella que junto a Martí brilló / Fidel la dignificó para andar por estas tierras, cuando hace muy poco tiempo declaró en España “No confío ya en ningún dirigente cubano que tenga más de 75 años (…) Hay que pasar el testigo a las nuevas generaciones para que hagan otro socialismo, porque este socialismo ya se estancó.”

En México se celebra con día feriado el nacimiento de la constitución, el 5 de febrero. El gobierno de Cuba ha dejado el día en que por primera vez se izó la bandera cubana en edificios oficiales, como una fecha de vergüenza para una república demasiado emparentada con los americanos. Así que el concierto de Pablo, de alguna manera, sirvió a la comunidad cubana de Hermosillo para celebrar, junto a un cantautor de ideas coherentes, junto a los románticos de la izquierda mexicana y los demás, un punto de equilibrio entre la ilusión y el amor auténtico por las raíces de la patria.

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Pablito, anoche después del concierto en Hermosillo, compartiendo con cubanos y mexicanos.

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