En marzo de este mismo año se difundió su muerte, acaso en un momento de gravedad en el hospital y malinterpretándose un poema de Zenaida Romeu que circuló por el submundo electrónico cubano. Medio año más tarde Adria retoma el hilo de la acción y nos deja con las manos listas para el aplauso final, saliendo por el foro con la orden expresa – según nos informa Sarraín en Facebook - de no ser velada ni llorada por horas en una habitación llena de velas, sino cremada de inmediato.
Adria, mujer de la escena total, mujer de paso firme sobre el escenario, maternal y fiera como sólo ella sabía ser. Maestra y amiga. Adria Santana, la que (citando a Vallejo) nos hará una falta sin fondo, aún cuando ni siquiera estemos seguros de que esta vez sí aconteció la ovación final al gran espectáculo de su vida.
Con una actriz como ella, nunca se sabe.
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1 comentario:
Bellísimo homenaje!
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