sábado, julio 09, 2011

El último chiste raro de Facundo Cabral.

No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos.

-. Facundo Cabral.


En la escuela de arte, allá en La Habana, a veces escuchábamos aquellos chistes raros de Facundo Cabral desde un casete que alguien había conseguido. No era como escuchar a Les Luthiers o Álvarez Guedes porque, aunque a veces contaba chistes sólo para hacer reír, Facundo Cabral filosofaba con alegría y amontonaba anécdotas y canciones, en un estilo se adaptaba muy bien a la juvenil inquietud de profundidad positivista que teníamos los estudiantes de arte.

Años más tarde me tocó venir a vivir a uno de esos tantos lugares que Cabral, eterno viajero y hombre de ninguna parte, frecuentaba. De este sitio contaba en uno de sus conciertos con Alberto Cortez: Me gusta encontrarme con los yaquis en el desierto de Sonora para descargar la cabeza y enriquecer el corazón. Luciano, que fue gran amigo, fue el primer amigo yaqui que tuve… El primer año que vine a México, en 1972, era como el filósofo de la comunidad, tenía una escuela para desaprender. Sí, qué buena idea, imaginen todo el lugar que habría si sacáramos todas las pendejadas que nos han enseñado. Por lo menos seríamos Octavio Paz...

Cabral tenía a México como su hogar, aunque, en rigor, nunca tuvo casa propia y vivía en cuartos de hoteles: México es como mi casa. (…) Me encanta escuchar al maestro Juan José Arriola. Él me dijo un día: “Nosotros, que somos buenas gentes, vamos a tener muchos hijos para que los malos no nos sigan ganando las elecciones"... Pero los malos lo alcanzaron hoy, antes de poder llegar a México por última vez. Cabral, caminante indomable, viajó hace unos días a Guatemala, con su guitarra, su bastón y su deteriorada visión borgeana, y hoy, camino al aeropuerto La Aurora, fue baleado por unos sicarios y se fue tan velozmente como llegó, hace 74 años, a la ciudad de La Plata.

Hubiese deseado verlo actuar acá en México alguna vez, porque nunca estuvo en mi país. Hace poco, para una publicación peruana, ante la inquietud del entrevistador, “Nunca llegó a Cuba, pese a que en un momento alabó la revolución”, contestó:” A esta altura creo que nunca llegaré a Cuba. Yo traería muchos problemas ahí. Me acuerdo que amábamos la revolución porque fue quijotesca y romántica. Con los años, uno empieza a pensar diferente”… Al menos pudimos quedarnos con sus grabaciones, que ya no dependen de un casete prestado sino que andan por toda la red como enseñanzas trascendentales, diseminadas en tono de broma.

Quizás para algunos desalmados, matar a tiros a un hombre como Facundo Cabral sea motivo de satisfacción. Para mucha gente buena hoy será un día de luto. Para el espíritu del poeta cantor, sin duda alguna, esta intempestiva transición a la eternidad no será más que un chiste raro final.

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2 comentarios:

El Marqués de Las Cubas Libres dijo...

Para mucha gente mala también será un día de luto. Malos a los que este profeta del amor y de la paz nos movió el corazón, aunque sea por unos minutos. Porque no basta con ser malo para matar a un hombre asi. Hay que ser bruto, subnormal, un verdadero imbécil.

Tenchy Tolón dijo...

Excelente Homenaje Wichy. Yo le conocía poco, tan solo de verlo cantar en Youtube con Alberto Cortes. El poeta se nos fue primero, pero como muy bien dijo: "para allá vamos todos". un abrazo!