jueves, julio 21, 2011

Our Beatles Heart.

Los Beatles nunca estuvieron en Cuba, ni tampoco estaban conscientes de que tocaban ritmos cubanos en números como Till there was you. Parece que MacCartney, ya en los noventa, estuvo en Santiago de Cuba en viaje relámpago, pero ni una foto quedó de la visita. No obstante los cubanos nunca han dejado de hacer homenajes al ultra famoso cuarteto de Liverpool. Y no sólo a la manera rockera en que muchos lo hacen cada 9 de diciembre en el parque John Lennon de El Vedado. También lo han hecho con salsa.

No puedo recordar una fecha exacta, pero seguramente eran los ochenta aún, porque todavía Issac Delgado era cantante de NG La Banda, cuando El Tosco (también conocido como José Luis Cortés), director de esa agrupación y el más virtuoso de todos los aseres nacionales, sacó en el programa Contacto, de la televisión, un extraño disco homenajeando a The Beatles, en tiempo de timba cubana. La versión de The Fool on the Hill terminaba en montuno gozón, más allá de la dulce melancolía del tema original.

Para 1996 muchos salseros se unieron en el disco Tropical Tribute to The Beatles, y aunque la participación cubana se constreñía a nuestra Celia Cruz, cantando en español Ob-la-di Ob-la-da, otras figuras como Tito Puente, Tony Vega y Oscar de León supieron juguetear con fineza y sabor, siempre manteniendo ese espíritu de salsa newyorkina, más o menos light, que caracterizaba a los hijos y demás descendientes de Fania Records.

Más recientemente un grupo de cantantes latinos lanzó Hey Jude, otro tributo donde, para variar, el único cubano (al igual que Celia, un cubano exiliado) era Willy Chirino. Dentro de la Isla otro grupo de músicos, entre ellos el afamado salsero Jorge Luis Rojas (Rojitas), grabaron una propuesta muy novedosa, Here Comes El Son, con la subsiguiente tragedia cubiche para entrar en mercados internacionales.

Pero el entusiasmo salsero a gran escala parece tener su cúspide con el disco My Beatles Heart, que lanzó Willy Chirino hace apenas unos días.

Mi corazón Beatles.

Willy Chirino ha contado en muchas ocasiones como, al llegar a los Estados Unidos enseguida se metió en una banda juvenil de rock. De la misma manera que en su viaje “vino Benny Moré de polizón, junto a los Matamoros y a Cuní”, también era la época de beatlemanía, y no era posible zafarse tan fácil de aquella influencia.

En el tema Yo soy un tipo típico (Lo que está pa’ti, 1989), aparece ya una cita a los Beatles, que algún día se recogerá en la historia de la música cubana como uno de los experimentos de fusión más interesantes que se hayan grabado en disco por un compatriota nuestro. Willy Chirino mezclaba Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band y la alucinada coda de A day in the life, con el mambo de Pérez Prado y El Bodeguero de La Aragón.

Ahora se aparece, por fin, con un disco enterito dedicado a aquel sueño de varias generaciones que fueron esos inmortales Paul, John, George y Ringo. El resultado es una obra que cierra un ciclo de convergencias estéticas posmodernas que difícilmente podrá ser superado en un futuro cercano.

Willy Chirino ha sido uno de esos salseros inquietos y abiertos a la verdadera música bailable cubana, esa que se hace en cualquier parte y que no discrimina entre Rey Ruiz y Juan Formell. En más de una ocasión ha demostrado que puede moverse con soltura entre las raíces y lo contemporáneo, entre la salsa newyorkina y la timba moderna, sin titubear entre el son tradicional o un tema de Habana Abierta. Tiene además un punto de contacto, sutil pero sustancial, con el cuarteto británico: ambos han sido censurados y prohibidos en los medios de comunicación de la isla por razones ajenas al arte.

A muchos de los que, como él, crecimos con un “corazón Beatles”, estos arreglos nos devuelven sensaciones inexplicables. Desde el ritmo de pistas como Yellow Submarine, Backbird o Get Back, hasta la espiritualidad de Because y Across the Universe, este disco materializa el raro encanto de dos mundos aparentemente divergentes, el mundo del rock y el de la salsa hechos una amalgama de sonidos en perfecta armonía.

El salsero de Consolación trabajó con escrupulosidad los timbres originales del grupo inglés, provocando una suerte de suave mutación entre la esencia y su consecuencia, transformando respetuosamente el legado y dejándonos un saldo inequívoco de placer estético y bailable.

Para cuando las dos Cubas vuelvan a ser una sola, para cuando nadie vuelva a prohibir en nuestro archipiélago a un grupo de rockeros peludos ni a un salsero contestatario, para ese entonces discos como My Beatles Heart formarán parte de un honroso almacén nacional de obras universales a la vez que autóctonas. Mientras tanto, seguiremos montados en este submarino amarillo que recorre los mares del mundo, burlando las fronteras y llevando alegría a los cubanos de cualquier parte.

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Un adelanto del disco (Because mezclado con Eleanor Rigby, esta última del disco Hey Jude), las imágenes son de un concierto reciente, tomadas con cámara de aficionado.

5 comentarios:

Mauricio Pimienta dijo...

"El salsero de Consolación trabajó con escrupulosidad los timbres originales del grupo inglés, provocando una suerte de suave mutación entre la esencia y su consecuencia, transformando respetuosamente el legado y dejándonos un saldo inequívoco de placer estético y bailable."

Perdoname compadre pero en realidad me parece bastante flojo el disco, tirando a malo.

Yo diria que NO "trabajó con escrupulosidad los timbres originales del grupo inglés", mas bien se sobreprodujo con el overdubbing hasta lograr un timbre mas de Justin Bieber que de WChirino.

Tampoco diria que eso provoca "una suerte de suave mutación entre la esencia y su consecuencia", realmente no escucho la suave mutacion cuando los arreglos son en general aburridos, predecibles y cuando el antecedente del Here Comes El Son ya habia dejado serias pautas arreglisticas tras de si. En realidad solo salvaria el Because, Come together (a medias) y el Helter Skelter, que parece que me va a seguir gustando despues de varias oidas.

No pongo en duda lo de "transformando respetuosamente el legado" pues un beatlemaniaco confeso no puede menos que respetar... pero en lo de "dejándonos un saldo inequívoco de placer estético y bailable" me quedo con lo de bailable, y no mucho. Esteticamente, para decirlo rapido y mal, el disco me parece horroroso.

Pero bueno, para gustos colores.

Todo lo anterior lo digo con sumo respeto. Al final este es tu espacio y haces y escribes lo que se te antoje. Pero creeme brother, son los 120 pesos peor gastados en mi vida.

Un abrazo y gracias por dejarme opinar.

Rodrigo Kuang dijo...

Mauricio, así es el arte. Tienes todo el derecho del mundo a discrepar, y precisamente es eso lo que equilibra el encuentro con la obra de cualquier artista.
Yo le entro al disco también desde el ángulo del beatlemánico, concuerdo en que lo mejor es Because, y no hablé de Helter Skelter porque, aunque suena muy bien, es la menos salsera. Estoy de acuerdo en la calidad y riqueza de Here Comes el Son, pero en mi caso la sonoridad limpia de Chirino me ganó la opinión positiva. Llevaba años esperando por una segunda parte de aquel fragmento de "El tipo Atípico".
Saludos y gracias por opinar con tan buenos argumentos.

Ricky dijo...

tuve que bajar el disco para poder opinar, y estoy de acuerdo con los dos, no creo que sea el mejor disco de Chirino, que ademas es alguien con altas y bajas en su creacion, pero si creo que es intenso y que tiene buenos arreglos, sobre todo de voces, lo mejor del post es el recuento porque no sabia que NG la banda tenian un diso con los Beatles hace tanto rato.

Anónimo dijo...

Yo creo que el disco que no sirve para nada es el "Hey Jude" de los artistas latinos. La única que se salva de ahí es precisamete la versión de Willy, "Eleanor Rigby", que tiene un arreglo estupendo. No he escuchado este aún, pero lo voy a buscar porque le tengo fe.
Saludos de Emilio Vega.

el Loren dijo...

Esperaba mucho más de este disco. Y digo esto con el debido respeto hacia Willy, al que considero un músico sobresaliente.
Aún así, visto el caso desde la perspectiva de poder bailar casino con The Beatles, me lo quedo.

Saludos desde Canarias.