viernes, septiembre 02, 2011

Iguales o diferentes.

Uno de esos blogs cubanos que sigo con deleite, El Imparcial Digital – y lo hago no sólo por el adecuado equilibrio que mantiene entre buen gusto y compromiso social, sino porque también me recuerda momentos felices de la infancia, con ese renacer del mítico Éufrates del Valle – subió recientemente un interesante post que sigue, desde otro ángulo, la saga del chanchullo mediático que se armó a raíz del concierto de Pablo Milanés en Miami, y de sus controversiales declaraciones en contra del actual sistema cubano.

Éufrates le ha dejado dos preguntas a Mike Porcel, relacionadas con un triste acto de repudio que le hizo el Movimiento de la Nueva Trova en 1980, cuando trataba de emigrar a través de Mariel. Mike refiere como figuras del prestigio del propio Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Eduardo Ramos, Virulo y muchos otros no tan prestigiosos, le hicieron mitines de repudio durante varios días frente a su casa. Entre pateos a la puerta y presumiblemente el clásico lanzamiento de huevos, leyeron el comunicado elaborado al efecto, encabezado como “Del Movimiento de la Nueva Trova de la Provincia Ciudad de La Habana al ex-compañero Mike Porcel".

Éufrates, muy caballerosamente, no emite opiniones incriminatorias, sólo expone un hecho que por sí solo demuestra el grado de enajenación al que llegamos, como país y proyecto político, en aquel fatídico año 80.

Pablo Milanés, el mismo que ahora condena la agresividad contra las Damas de Blanco, fue en su momento un peón de esa misma conducta violenta en contra de quien tomase un camino personal no acorde con la estructura fidelista. Y he aquí un punto interesante para debatir: ¿Estamos hablando del mismo Pablo Milanés?

De responder de manera afirmativa, estaríamos negando, con razones más o menos legítimas, el derecho que tiene el ser humano a rectificar sus errores. De responder lo contrario, quizás podamos asumir que, décadas después de haber aporreado (cuando menos moralmente) a quienes optaban por emigrar, pueda llegarse a un consenso con ellos, a admitir que no había ninguna justificación para aquel comportamiento incivilizado, y a ser perdonados por quienes, en silencio y sin mucho con qué defenderse, sufrieron el maltrato y la barbarie de aquellas turbas enardecidas.

Yo mismo estuve entre aquellos adolescentes que, arrastrados por la histeria colectiva, arrojaron huevos y gritaron consignas en contra de los “traidores”. Aunque tenía menos edad y madurez que Pablo, en aquella desafortunada rueda de ataques personales no resultaba extraño que también cayesen adultos sensatos y decentes. El momento de por sí generaba justificaciones espectrales para que los “revolucionarios” repudiasen a los “apátridas” y empleasen medios incivilizados para manifestar aquellos frenéticos sentimientos de falsa nacionalidad.

Aunque hasta el momento Mike Porcel no ha recibido disculpas de ninguno de estos artistas (ex-compañeros de la Nueva Trova, como dice el comunicado, pero aún sus colegas en el ejercicio del arte), y un gesto como ese pudiera representar un inefable momento de reconciliación, me inclino a pensar que aquel Pablo Milanés ya no tiene nada que ver con el actual Pablo Milanés, como sé que yo mismo hace muchos años dejé de ser aquel jovencito con el cerebro lavado que insultaba a sus compatriotas sólo por haber escogido un camino diferente, en aquellos días convulsos del Mariel.

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El infame comunicado de los ex-compañeros de Mike Porcel, deslizado bajo su puerta y guardado durante todos estos años como prueba irrefutable de aquella época vergonzosa.



8 comentarios:

Jorge Ignacio dijo...

Yo también participén en actos de repudio, obligado por la escuela donde estudiaba siendo un niño. El tema no es ese, Wichy, lamentablemente. Es más produndo, ya que cualquiera está en el derecho de rectifricar y ser escuchado. Me pregunto hasta qué punto Pablo Milanés quiso de verdad a su pueblo y sintió la miseria material en la que vivimos casi todos.Eso me preocupa más. No estoy dispuesto a ofrecerle más espacios a este hombre, aunque repete sus conciertos. El día que los cubanos no demos ni un duro más por él habremos mejorado. La nostalgia solo sirve para enriquecer a otros. Abrazos.

Rodrigo Kuang dijo...

Yoyi, qué bien que ya estás de vuelta, luego de la tortuosa y feliz llegada de esos jimaguas.
Mira, mi hermano, yo creo que lo que piensa Pablo sólo lo sabe él, pero intuyo un marasmo de confusiones, que siempre será más complicado para alguien que, con más de sesenta años, usó una parte importante de su vida para cantarle a los líderes "revolucionarios".
Por lo pronto celebro sus opiniones críticas y a su vez, la influencia sobre la opinión de un sector muy grande de gente de izquierda que, tras asimilar lo que Pablo ha dicho, puede que despierten del hechizo castrista, o al menos lo piensen mejor antes de condenarnos a nosotros, los opositores, con aquellos viejos adjetivos de "gusanos" o "vendepatrias", sin antes tener que decírselo también al ídolo Pablo Milanés.
También intuyo que Silvio pasa por confusiones internas parecidas, sólo que no tiene el valor de asumirlas públicamente, como Pablito, o su posición y sus comodidades personales consiguen aplacar la bulla de su conciencia.

Eufrates del Valle dijo...

Rodrigo, creo muy oportuno tu texto porque es la vision y las vivencias de tu generacion. Con 12 anos eras todavia un nino. Hubo ninos que se negaron, los conozco, pero la mayoria obedecio tal como obedece el escolar al maestro.

Uno de mis puntos con la entrevista de Mike (porque del movimiento de la nueva trova su caso fue el mas tristemente celebre)fue recordar dolores que no son lejanos, y a esas victimas que merecen un desagravio en aras de un sanamiento para nuestra futura sociedad.

Hoy mismo converse con un amigo que me conto que en su ciudad, hasta donde el conoce, murieron dos personas de los golpes que les dieron durante esos actos de repudio.

Ademas, esta el hecho de que esos actos barbaros todavia se realizan en la Isla. Pablo ahora critica los actos de repudio a las Damas aunque aclara que no piensa como ellas. Todavia me pregunto que es lo que piensa Pablo que piensan las Damas de Blanco?

Por otro lado, lo que comente en mi blog: calificar a los exiliados que protestaron (y que tenian todo su derecho estemos personalmente de acuerdo o no) como un grupusculo extremista me parecio una arrogancia estando -como estaba en ese momento- en Miami, la ciudad de esos exiliados.

No hay que pedirle a Pablo que "se inmole" si no quiere hacerlo. Pero que no se presente como "un puente de amor", porque el -particularmente- no lo es, cuando todavia es capaz de expresar que "admira la salud publica" de la dictadura. (Oye, se ve que hace mucho, pero mucho rato el no se atiende en un hospital de Cuba destinado a los nacionales). O, cuando existen personas que sufrieron el ensenamiento de su "odio revolucionario".

Gracias por dar tu vision (porque todas son validas como testigos de una epoca). Un abrazo.

Rodrigo Kuang dijo...

Éufrates, regresando el casete de la memoria, recordé un evento de aquellos años que me sacudió. Aunque como ya te dije, tenía entonces el cerebro muy lavado, no pude dejar de ser estremecido un día en que las turbas enardecidas, frente a una casita de 70 y 19, tiraron chapapote, destruyeron la puerta y sacaron medio muerto y también cubierto de chapapote a un señor, que luego supe se trataba del jefe de los Trabajadores Civiles de las FAR, de apellido Rojo. Se lo llevaron arrastrando hasta que apareció una ambulancia y lo sacó del lugar.
Puedo recordar que no participé, que fui espectador silencioso de aquella barbarie, y que quizás entonces ya podía intuir que algo andaba mal.
En el tema de Pablo, ya ves, prefiero estar entre los que le dan el beneficio de la duda. La gente puede cambiar, aunque a veces lleve etapas, tropezones, acciones incongruentes y ataques externos, que en su caso los ha habido desde ambos bandos, y al por mayor.
Un saludo afectuoso, amigo.

Tenchy tolón dijo...

Wichy tú estabas allí??!! Mi novio de entonces vivía en 66 y 13 y cuando la 30 denmoraba mucho, subíamos hasta 19 a coger la 64. Este trabalenguas numérico es de la barriada. Yo también lo recuerdo muy bien, fue el principio del fin de mi ingenuidad, yo estaba terminando el Pre. Lo que vimos no eran "revolucionarios indignados", era gente que se estaba "divirtiendo".
Fue absolutamente monstruoso.

Rodrigo Kuang dijo...

Tenchy, yo vivía más abajo, en 86 y 13, pero la casa de mi abuela (donde pasaba bastante tiempo) estaba en 17 y 72, y allí estaba con otros chamacos del barrio cuando eso pasó. Supe luego de quién se trataba porque los Trabajadores Civiles de las FAR radicaban en el Estado Mayor de 19 y 84, donde trabajaban mis padres entonces. Por supuesto que me acuerdo de esos números del barrio, la 30 que pasaba por 13 y la 64 que subía por 44 y me llevaba al cine Ambassador. En esa esquina de 70 y 19 estaba el cine Cosmos, que tuvo un temprano deterioro.

Eufrates del Valle dijo...

Gracias Rodrigo por este intercambio. Te cuento que fuimos vecinos, pues los ultimos 8 or 9 anos de mi vida en Cuba vivia en 19 y 84. Deje la isla en febrero de 1989.

Sobre Pablo, no creas, tambien le doy el beneficio de la duda; al menos el ha sabido defender su criterio contra viento y marea, y eso es de respetar. Pero eso no quiere decir que el dano hecho todavia reciente no duela, sobre todo cuando existen personas que lo sufrieron en carne propia, como es el caso de Mike. Saludos!

Tenchy Tolón dijo...

Así mismo es... es humano dar el beneficio de la duda, pero también es humano comprender que es difícil perdonar desde el dolor. Los tristemente célebres "mítines repudio", fueron auténticas vejaciones a la moral, la dignidad y la humanidad de los perseguidos. No se puede olvidar, para que no vuelva a repetirse.
Por cierto, todos fuimos alguna vez vecinos, yo vivía en 66 y 9º.
Saludos