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Versión oficial: Las calles y los parques son de Fidel. El delincuente y mercenario Juan Wilfredo Soto García estaba sentado indebidamente en un parque revolucionario y cuando recibió el amable llamado de atención de uno de los diez guardianes del orden que fueron a sacarlo de allí por la fuerza, se negó a marcharse y no conforme con ello, con intención provocadora comenzó a golpear a los puños de los policías con su cabeza y a las tonfas policiales con la zona de sus costillas y riñones. También atacó con sus testículos a las botas de los indefensos policías. No obstante el criminal contrarrevolucionario, quien padecía de innumerables enfermedades, todas en fase terminal y que de todas maneras ya se iba a morir en cualquier momento, tuvo la idea malintencionada de fallecer horas después en un hospital revolucionario, para culpar a la revolución y ayudar así a la injusta campaña mediática en contra de nuestro modelo socialista. La autopsia oficial, redactada en el Municipio del Partido santaclareño y firmada por un doctor respetable, el coronel Gerardo Batista, demuestra que el apátrida no murió de golpiza alguna, sino producto de una falla renal, o sea, por los riñones desprendidos casualmente cuando desobedecía a las autoridades. Soto García tiene un largo expediente criminal, que comenzó en la adolescencia, cuando rompió de un pelotazo la ventana del director de su secundaria.
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1 comentario:
Y lo mas triste es que en Cuba nadie se va a enterar de lo ocurrido, al final volveran con el cuento de que hasta los mercenarios reciben una esmerada e inigualable atencion medica sin condiciones... aun cuando fue llevado al hospital luego de manifestarse en contra del pueblo revolucionario........
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