domingo, marzo 14, 2010

La UJC en el cajón de bateo.

_
Luego de que Industriales venciera por tercera vez al actual campeón, La Habana, en el Latino, la otra parte de la semifinal que sale por Cubavisión Internacional, desde el José Ramón Cepero, en Ciego de Ávila, nos hizo recordar lo normal que resulta en Cuba la contaminación política en eventos festivos de tradición popular como lo es, sin duda, la pelota.

El Cepero tiene una valla larga y alta detrás del home, y para que se viera bien en la transmisión televisiva (internacional por demás), alguien puso en ella un cartel promocional del congreso de la UJC, justo en el ángulo de la cámara que, desde el jardín izquierdo, toma cada movimiento de la caja de bateo y la tensión de los protagonistas verdaderos del juego.

Así que, mientras se seguían las incidencias de un play-off del que emergerá el rival para (al menos eso espero) los Industriales, no quedaba más opción que meditar, de vez en cuando, en el significado de aquel cartel y del IX Congreso que llega ya en la venidera primera semana de abril.

Como un parche inevitable a la postergación eterna del Congreso del PCC, a la vaselina de no quitar a Fidel Castro de su sempiterno cargo, este otro congreso, el de los clones juveniles de la cúpula gobernante, realizó miles de reuniones previas en los comités de base de todo el país, donde la verdadera problemática de la isla quedó oculta detrás de esa retórica triunfalista que siempre ha caracterizado a nuestros ideólogos. Por ello no hay que esperar sorpresas entre los pichones entrenados de la juventud comunista, más que leves críticas, algunas estrategias con tufo a viejo, y sobre todo, alabanza a los viejos líderes, los infalibles, los gurús de la invicta Revolución.

Desde la misma convocatoria al congreso, ya se evidenciaba la clásica retórica oficialista: “Es imprescindible que reflexionemos abierta y francamente sobre lo que nos corresponde seguir haciendo para fortalecernos como Organización de vanguardia de la juventud cubana, sobre el trabajo como única fuente de riquezas, la formación de valores, el sacrificio necesario, el aprovechamiento del estudio y la eficiencia en cada lugar donde actuemos.”… Las negritas las puse justo en la frase que pienso determina a las demás. El sacrificio como fuente de honor, el sacrificio ya no como camino sino como fin en sí mismo, el sacrificio aún después de décadas de inmolación estéril.

Pero nada como el final de aquella convocatoria, aquel final de nipingalidad que sin mucha sutileza, sentenció: (las negritas no son mías, sino de ellos mismos) “Los que apuestan a un futuro de concesiones y entregas, nada podrán esperar de la juventud cubana. Los jóvenes de esta tierra creemos, con profunda convicción, en el futuro libre y soberano de Cuba; en la continuidad de la obra que construimos y en la fidelidad de los revolucionarios de ahora y de siempre.” O lo que es lo mismo, no hay que esperar nada novedoso, nada revolucionario, nada valiente, en síntesis, nada joven, del inminente Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas.

El cartel tras el home del Cepero, con tres caritas más que se suman a las cinco de la página donde se ve Cubavisión Internacional, nos hace meditar, entre jugada y jugada, que no habrá mucho promedio de bateo el mes próximo en el Palacio de las Convenciones de La Habana, que no habrá jonrones emocionantes, sino que, por el contrario, todo se diluirá, una vez más, entre toques de bola, flaicitos a cuadro y oligofrénicos errores a la defensiva.

_

2 comentarios:

Camilo Venegas dijo...

¡Villa Clara campeóoooooooooooooooooooooooooooooooon!!

Robe dijo...

Espero que no hagan el feo al final, y le puedan ganar a los naranjas.
De madre que encima de ver las 5 caritas que meten miedo tambien uno tenga que ver un cartel que dice Vivan Fidel y Raul.
Que todo sea por los leones y que al cuarto bate no le de otra fatiga.
Un beso
Maite