sábado, noviembre 21, 2009

Esta calle es de Rodney.

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De alguna manera, el gobierno ha conseguido que “el pueblo cubano” responda a la “provocación” de un “mercenario” que no conoce. No es secreto para nadie que los blogs contestatarios que se actualizan desde dentro de la isla, son tácitamente bloqueados, y que ni en los centros de trabajo donde hay internet pueden abrirse Generación Y, u Octavo Cerco, por sólo citar un par de ellos. Por cuanto la masa que aparentemente condena a los detractores no tenía forma de enterarse que Reinaldo Escobar, autor del blog Desde aquí, había citado al agente Rodney para un careo verbal acerca de la golpiza que propinó a su esposa Yoani Sánchez el pasado 6 de noviembre. La invitación a confrontar o desmentir hechos fue planeada para la tarde de ayer en la esquina capitalina de G y 23, y culminó con un mitin de repudio protagonizado por defensores del régimen, esos que de alguna manera misteriosa, siendo ciudadanos comunes que no tienen internet – y si la tuviesen, no contarían con acceso al blog contestatario – aún así se manifestaron airadamente en contra del periodista independiente, lo zarandearon, escupieron y pegaron en la cabeza, y lo hubiesen linchado de no haber sido por algunos amigos, y en el momento climático, la aparición de los valientes miembros de la seguridad, quienes en un golpe de efecto dramático, apresaron a Reinaldo para sacarlo con vida, sano y salvo, de entre las iracundas manos del “enardecido pueblo revolucionario”.

Un diario que responde al Partido Comunista Español, y probablemente a la Seguridad Cubana, La República, se hace eco de la versión gubernamental. Alguien debe hacerlo, siempre que para el Granma estos bloggeros simplemente no existen (ni siquiera cuando la autora de Generación Y recién acaba de publicar una entrevista con Barack Obama sobre temas puntuales de la relación Cuba-USA), y en su artículo El pueblo cubano se cansa de Yoani Sánchez, refiere la interferencia del “marido de la bloggera” en un evento de la Feria del Libro y la Lectura, de los universitarios, y como, “a ritmo de conga”, los jóvenes respondieron alegremente a la provocación, aún cuando en el vídeo que trascendió no se ve la diversión por ninguna parte, y sí una turba de coléricos enviados, algunos con camisetas obviamente muy nuevas con letreros revolucionarios, reciclando consignas de Mariel, como “Pin pon fuera, abajo la gusanera”, o la tristemente célebre “Esta calle es de Fidel”, con la que se dio vergonzosa culminación, por parte de ese otro "pueblo" que eran las brigadas de respuesta rápida del contingente Blas Roca, al maleconazo del 94.

El agente Rodney no llegó nunca a la cita. Tuvo el chance de responder al reto pacífico, incluso restregar en el rostro del periodista mercenario la tesis de que la golpiza fue un montaje de Yoani – aparentemente desenmascarada en una investigación que realizaran en el policlínico a donde fue a atenderse la bloggera, y donde, según los médicos, no tenía hematomas ni nada –, pudo responder ante las cámaras y exponer el punto de vista del pueblo traicionado por estos apátridas, ese pueblo al que defienden los abnegados combatientes del Ministerio del Interior… pero Rodney no llegó nunca a G y 23.
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Para muchos extranjeros amantes de la utopía castrista – como estos chicos de La República – puede que efectivamente las imágenes del cuasi vernáculo linchamiento de ayer luzcan como “el pueblo, cansado de Yoani Sánchez”. Nosotros, que crecimos y maduramos allí, patrocinados y seguidos de cerca por el ojo del Gran Hermano, sabemos distinguir muy bien a los talibanes que el gobierno envía, en guaguas y directo a la locación, cuando quiere escenificar a una masa revolucionaria enardecida. Más aún cuando esa masa popular, la verdadera, alejada ascéticamente del diabólico Internet, no tenía manera humana de informarse sobre quién era ese señor y en qué consistía su polémica.

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El agente Rodney, el valiente miembro de la seguridad que golpease a una mujer el pasado 6 de noviembre. La foto es de la época en que el músico Gorki Águila era enjuiciado por "Peligrosidad predelictiva".
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3 comentarios:

Angel Collado Ruíz dijo...

Rodrigo excelente articulo, pero al poner la foto del tal Rodney, me vino a la memoria ,¿ qué habrá pasado con los agentes de la policia secreta de alemania comunista, una vez que se "desmerengaron"? Voy en busca de una respuesta, para aplacar la curiosidad, y cual gitano para advertir a estos lacayitos, su nada brillante fúturo.
Gracias hermano , un abrazo. angel

Rodrigo Kuang dijo...

Hermano, eso te lo puede responder mejor la querida Aguaya, de Desarraigos Provocados, que anda por allá y ha de tener referencias directas acerca del tema.
Yo sinceramente, espero que, de haber un cambio, incluso dejemos a un lado la sed de venganza y nos enfrasquemos todos en la construcción de una Cuba nueva. Para esa fecha, cada quien con su conciencia.
Un abrazo.

JOSÁN CABALLERO dijo...

LA CITA INTRANSITABLE

Hacer alto a su muerte es imposible,
cuando esa turba se muestra intransitable:
¿País prestado a bullicio tan amable,
merece juventud impredecible?

El miedo no es su karma, ni la audible
hambruna ante principios denostables:
La ira confundida entre los cables
se enreda con la náusea más temible.

Adónde van las huestes carcomidas,
sino a negarse al fin que son hermanos,
descifrando el desmán de ese hortelano,

que come y asegura, en su mordida,
dar al mundo otra prueba del desgano
que ha prendido en su turba de cubanos.


Que ha prendido en su turba de cubanos,
diezmada sólo por la incompetencia
de ideales, que aseguran su impotencia,
ante el muro senil de tantas manos,

empuñadas por seres tan ufanos,
como si semejante disidencia
atentara feroz con su decencia,
pronto en tela de juicio: Mito insano

que el hortelano impide remover,
con una libertad a medio hacer,
aturdida y cegada por su “gloria”,

pero esta cita deshecha, sin memoria,
podría reescribirse cual historia
de un pueblo que está a punto de aprender.


De un pueblo que está a punto de aprender
que la conciencia no es objeto de discordia,
cuando un gobierno asume la concordia
como un juego de bandos, a saber

con ese Arma-Ge-Dos, que al someter,
a unos contra otros ceremonia
conducta tan brutal, que testimonia
hasta cuánta infamia puede haber

en estas situaciones perentorias,
en que son condenados por escorias
aquellos que maldicen el poder

de un hortelano que niega hasta el comer
a sus hijos, cual Cronos furibundo,
lanzado de por muerte al inframundo.

JOSÁN CABALLERO
20 de noviembre del 2009.