Sólo una década falta para que lleguemos a los 500 años de San Cristóbal de La Habana. Hoy la ciudad amanece muy bien programada en sus festejos. Pasacalles, maratón deportivo, galas culturales… Los habaneros, sin embargo, no tienen muchas razones para festejar. Aparentemente este 490 aniversario los sorprende en el mismo punto muerto en que quedó el 489.
Por ello los festejos que organizan las autoridades, esa celebración que, para no perder la costumbre, siempre llevará algún que otro mensaje triunfalista a nombre de los autócratas, probablemente será menos notoria para la población que la ancestral ceremonia en la ceiba del Templete. Allí los habaneros y visitantes hacen cada madrugada del 16 de noviembre una fila interminable con el humilde objetivo de dar tres vueltas al árbol centenario para pedir un deseo, uno de esos deseos fervientes que de ordinario no pueden conseguirse por vías normales, y que sólo mediante la fe pueden los seres humanos aspirar a su concesión.
Algunas monedas al pie de la ceiba, y un deseo. ¿Qué tal si jugamos a meternos en la cabeza de los habaneros en este 16 de noviembre, al pasar junto a la ceiba del Templete?... Dado que nadie suele confesar sus anhelos más íntimos, por temor a que no se den o por miedo a represalias, vamos a imaginar, con muy poco de ciencia estadística real y mucho de especulación, algunas cifras aventuradas sobre los antojos de habaneros y viandantes, mientras pasan la mano izquierda por el tronco de la ceiba.
Margarita (45 años, ama de casa):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Andrés (36 años, ingeniero civil):
Que me den el trabajo en el bar del hotel, que me den el trabajo en el bar del hotel…
Juana (50 años, abogada):
Que se dé la permuta para Miramar y que no descubran que hay dinero de por medio…
Ramón (32 años, electricista):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Yurisleidis (20 años, bailarina de cabaret):
Que me lleve un yuma, que me lleve un italiano, un mexicano, que me lleve el que aparezca, pero que me lleve…
José Julián (22 años, estudiante de Historia):
Que Yurisleidis me quiera toda la vida, que Yurisleidis me quiera toda la vida…
Mateo (48 años, profesor de Química):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Celia (57 años, maestra de primaria retirada)
Que por fin el gobierno autorice a mi nieta a viajar a Canadá para encontrarse con mi hija…
Rigoberto (26 años, deportista):
Que no me agarren cuando me quede en el mundial…
Armando (50 años, gerente de corporación):
Que no me descubran el robo de los 15 mil dólares…
Evelio (56 años, albañil):
Que no me descubran el robo de los cinco sacos de cemento…
Fernanda (34 años, traductora):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Sheila (40 años, secretaria inglesa de paseo por La Habana):
I need a brown boy in the ring, like a sugar in a plum…
Ruperto (68 años, diputado asamblea provincial):
Que mi comandante viva muchos años más…
Rosa, Juan, Maritza, Yusimí, Kendry, María Carla, Esteban, Patricia, Marcelo, Yoandri, Luisa, Fermín, Rita, Nuria, José Armando, Bertha, Yaíma, Julio, Rosario y diez mil habaneros más:
Que se acabe de morir o que me llegue el bombo...
Las cifras finales en este muy poco serio censo de deseos junto a la ceiba del Templete dicen que un 5% de los habaneros desea cambios en el país, dentro de los marcos del socialismo, un 1% desea larga vida a los gobernantes, un 49% desea que se mueran todos los dictadores, un 3% tiene deseos personales intrascendentes, en tanto el restante 42% desea alguna manera factible para escapar de la isla antes de las calendas griegas.
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Por ello los festejos que organizan las autoridades, esa celebración que, para no perder la costumbre, siempre llevará algún que otro mensaje triunfalista a nombre de los autócratas, probablemente será menos notoria para la población que la ancestral ceremonia en la ceiba del Templete. Allí los habaneros y visitantes hacen cada madrugada del 16 de noviembre una fila interminable con el humilde objetivo de dar tres vueltas al árbol centenario para pedir un deseo, uno de esos deseos fervientes que de ordinario no pueden conseguirse por vías normales, y que sólo mediante la fe pueden los seres humanos aspirar a su concesión.
Algunas monedas al pie de la ceiba, y un deseo. ¿Qué tal si jugamos a meternos en la cabeza de los habaneros en este 16 de noviembre, al pasar junto a la ceiba del Templete?... Dado que nadie suele confesar sus anhelos más íntimos, por temor a que no se den o por miedo a represalias, vamos a imaginar, con muy poco de ciencia estadística real y mucho de especulación, algunas cifras aventuradas sobre los antojos de habaneros y viandantes, mientras pasan la mano izquierda por el tronco de la ceiba.
Margarita (45 años, ama de casa):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Andrés (36 años, ingeniero civil):
Que me den el trabajo en el bar del hotel, que me den el trabajo en el bar del hotel…
Juana (50 años, abogada):
Que se dé la permuta para Miramar y que no descubran que hay dinero de por medio…
Ramón (32 años, electricista):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Yurisleidis (20 años, bailarina de cabaret):
Que me lleve un yuma, que me lleve un italiano, un mexicano, que me lleve el que aparezca, pero que me lleve…
José Julián (22 años, estudiante de Historia):
Que Yurisleidis me quiera toda la vida, que Yurisleidis me quiera toda la vida…
Mateo (48 años, profesor de Química):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Celia (57 años, maestra de primaria retirada)
Que por fin el gobierno autorice a mi nieta a viajar a Canadá para encontrarse con mi hija…
Rigoberto (26 años, deportista):
Que no me agarren cuando me quede en el mundial…
Armando (50 años, gerente de corporación):
Que no me descubran el robo de los 15 mil dólares…
Evelio (56 años, albañil):
Que no me descubran el robo de los cinco sacos de cemento…
Fernanda (34 años, traductora):
Que me llegue el bombo, que me llegue el bombo…
Sheila (40 años, secretaria inglesa de paseo por La Habana):
I need a brown boy in the ring, like a sugar in a plum…
Ruperto (68 años, diputado asamblea provincial):
Que mi comandante viva muchos años más…
Rosa, Juan, Maritza, Yusimí, Kendry, María Carla, Esteban, Patricia, Marcelo, Yoandri, Luisa, Fermín, Rita, Nuria, José Armando, Bertha, Yaíma, Julio, Rosario y diez mil habaneros más:
Que se acabe de morir o que me llegue el bombo...
Las cifras finales en este muy poco serio censo de deseos junto a la ceiba del Templete dicen que un 5% de los habaneros desea cambios en el país, dentro de los marcos del socialismo, un 1% desea larga vida a los gobernantes, un 49% desea que se mueran todos los dictadores, un 3% tiene deseos personales intrascendentes, en tanto el restante 42% desea alguna manera factible para escapar de la isla antes de las calendas griegas.
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Pensándolo mejor, las autoridades sí tienen motivos más que suficientes para festejar el 490 aiversario de San Cristóbal de La Habana, puesto que muy pocos de esos deseos se llegan a expresar en alta voz, y el gobierno cubano desde hace mucho tiempo dejó de creer en los milagros.
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7 comentarios:
Que pedirias Tu Rodrigo? Realmente creo que aun no pedirias nada pues estas en medio del deseo que pediste la ultima vez que le diste las tres vueltas a la ceiba.
Feliz Aniversario!!!!!! y si tuviera la oportunidad de pedir algo hoy solo le pediria que le confesaras a Nena quien se comio la africana.... cab.....
Ahora en serio, puedo ir y darle las tres vueltas con el pensamiento y solo pediria poder pasar un dia todos juntos otra vez los viejos y los nuevos que aun no se conocen, comernos un buen arroz frito y ver jugar a los primitos en el portal. Que no sea un dia caluroso, y disfrutar de un buen batido de mamey, quizas unos pastelitos de guayaba calienticos. Quien sabe cuando, ojala pronto.
¡Pero esos son una pila de deseos! ¡Oye, que es una ceiba, no la lámpara de Aladino!
yo la ultima vez,
de tanto desespero y brujero Malo y timador de la habana me fui a la Ceiba, me MEE en ella, le mente la madre a tos los Singaos del poder y sus ratas, desee la muerte fisica del CAGAndante y cuando ya estaba llegando a Miami, me llama el primo y me dice FIdel se cayo y Yo (La Ceiba???)no jodas, perdi la Casa(se la van a dar a Yoandry), pero nada fue cuando el hijoeputa se partio el Brazo
la casa se la quitare a ese(ya tengo a los tipos que se la van a quitar), eso seguro, pero y la Ceiba, que haremos con ella???
le llegara el Bombo???
Me gustó el post! Yo pediría paz para mi tierra, que la sangre no llegue al río, porque no vale la pena: esas broncas "enardecidas" no son la verdad entre los cubanos. La energía hay que usarla resolviendo los problemas que tenemos.
Cómo va el punto, Rodrigo?
Yo aquí, tratando de aprenderme las 24 formas... esto no es fácil pero me gusta!
¡Saludos Silvita!... Por supuesto que también estoy por la no-violencia, y que no haya venganzas en un probable futuro mejor de nuestro país. Hay mucho por arreglar como para dedicarnos a arrancar cabezas.
Insiste con la forma 24, que es bastante sencilla (de hecho es una versión muy corta de la forma 98 original), y aprende bien las aplicaciones marciales de cada movimiento, para que te queden mejor.
Abrazos hasta tu islita del Báltico.
Gracias, Rodrigo, lo intentaré! Para mí hasta la simple forma 24 es difícil pues estoy gorda y fuera de cualquier tipo de training... pero por algo se empieza.
Mi maestro Wang Ge nos dijo un dicho chino muy bonito: que el tai chi es como una bola de algodón que esconde una aguja dentro, eso porque parece suave, inocuo, pero es fuerte y cuidaito con él! A veces nos demuestra eso que tu dices: las aplicaciones marciales, y yo me quedo con la boca abierta!
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