miércoles, abril 27, 2011

Cuba y las tostadas con mantequilla.

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Mientras mi madre estuvo de visita de este lado, en el mundo real, una de sus fijaciones era llevarse de regreso a La Habana una tostadora. Hay quien prioriza reproductores de DVD, una laptop, un disco duro externo, o simplemente pacotilla para usar o revender en el mercado subterráneo. Una vez coincidí, en el aeropuerto de Ciudad México, con una bailarina de danza contemporánea que transportaba a Cuba, en la mano y sin perder su esbeltez de virtuosa, una tapa de inodoro… Pero mi madre sólo pensaba en su soñada tostadora.

“Coño vieja, allá no venden el pan lasqueado”, le decía yo. “No importa”, me contestaba. “en la panadería de 51 venden pan de molde. No sabe igual que antes, pero sirve. Yo lo pico con el cuchillo y es lo mismo”...

Mi madre soñaba volver a Cuba y prepararse tostadas con mantequilla en el desayuno, tal y como hizo de este lado mientras estuvo de visita, y como no las había probado desde hacía décadas allá en Marianao. Por eso se compró su tostadora en el supermercado, la guardó con cuidado en una maleta y pasó semanas diciendo: “Esa tostadora es muy ligera. No me llevo un microondas porque pesa mucho y me cobrarían demasiado por exceso de equipaje, pero la tostadora no pesa nada…"
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Ayer cargó con sus maletas de regreso y subió al avión pensando quizás en que, si bien su patria podía seguir precipitándose al abismo, ella estaba dispuesta a sobrevivir si cada día en el desayuno podía comerse unas ricas tostadas con mantequilla. Al llegar a la aduana del aeropuerto José Martí, nadie estaba al tanto de su sueño. Luego de cobrarle por exceso de equipaje – por Aeroméxico viajó bien de peso, sin costo adicional, pero “el exceso de equipaje de la aduana”, le dijeron, “no tiene nada que ver con el de la aerolínea”, o sea, que en la aduana le cobraron para que el avión que ya aterrizó no se fuese a caer – le volvieron a cobrar el reproductor de DVD y no dudaron en decomisarle su tostadora, respondiendo a alguna regla oficial que impide el ingreso al país de algunos electrodomésticos que pueden afectar a la economía nacional, esa economía que hoy se enfrenta, por enésima vez, a profundas reestructuraciones en pos de salvar el modelo socialista.
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La tostadora de mi madre no era más que una quinta columna confeccionada para sabotear a la revolución cubana. Por eso fue decomisada en el aeropuerto de La Habana, por ser una tostadora terrorista, una tostadora disidente enviada por el cruel imperialismo norteamericano que la fabricó.
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Probablemente no será destruida, como debería corresponder a un artefacto tan peligroso, alto consumidor de energía, sino que pase a manos de algún funcionario aduanero, o sea enviada a alguna tienda de divisas para recuperarle el triple de su valor original. El punto es que, para variar, mientras mi madre persista en seguir viviendo en Cuba, eso de tener un aparatico para hacer tostadas con mantequilla en las mañanas contradice los principios revolucionarios y la necesidad de ahorro y conciencia ecológica del pueblo cubano y su invencible partido comunista.
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3 comentarios:

Rafael Pinto dijo...

Alguien, que en el fondo de su alma odia la mostaza de su uniforme, se está comiendo las tostadas con mantequilla de tu mamá. Es muy probable también que alguna coronela (o coronel quién sabe), al quitarse cada noche el verdeolivo que detesta, se enfunde el pijama de mi mujer aunque sea usado, quizás sólo por la etiqueta, que dice made in USA.
Ya sé que es mucho pedir pero, aspirando a algo así como “transparencia en la información estatal” que debe existir en toda democracia, (y el gobierno de la Isla no se ruboriza al proclamarse tal), ¿a qué instancia se le puede preguntar públicamente, donde está la tostadora de tu mami, o el pijama de mi esposa que marcaba los 300 g de diferencia sobre los kilos permitidos por los aduaneros de mostaza y verde olivo? ¿Dónde guardan con seguro sigilo todas las tostadoras, planchas, calentadores, y cualquier artefacto considerados más gastadores de electricidad nacional que una Mesa Redonda en horario estelar? ¿Quiénes custodian los discos, aparatos de toda índole, juguetes (infantiles y para adultos) libros, revistas películas, que se han decomisado durante años, que los viajeros llevaban para hacerse menos tediosa la vida? ¿Quién, cuándo, cómo y dónde se rinde cuenta de eso que, sin dudas, es de interés público?

Diana dijo...

Me imagino una reflexión de Fidel sobre el divisionismo ideológico de las tostadoras...
Da para veinte folios.

Tenchy Tolón dijo...

Que pena me da con tu mami, has probado enviar por paquetería? Un amigo envió una hornillita eléctrica y llegó.

ODA A LAS TOSTADORAS...

Si de tostadoras se trata
dejemos el pan tosta'o
para quien ha emparedado
la chiva con otra pata
de ecología se trata
de revolución también
el pan no ha de vencer
bajo dientes de otra ñata
que para pan tostao
con mantequilla caliente
el barbú no tiene diente
ni la china un chimpancé
que le encienda el catao

de inspiración socialista