Es muy poco probable que la Mesa Redonda de la Televisión Cubana, con la siempre aguerrida tropa de Randy Alonso – aguerrida al menos cuando se trata de despotricar del imperialismo y de todo aquel que piense distinto a ellos – ofrezca a la opinión nacional la noticia más triste de esta semana: la muerte de Orlando Zapata luego de 85 días en huelga de hambre.
Zapata, uno de los 75 disidentes que en la Primavera Negra del 2003 recibieran largas condenas por el delito de pensar diferente y decirlo en voz alta, se plantó en huelga de hambre en la cárcel del interior donde era considerado delincuente común, y su única demanda era justamente ser tratado como lo que era: un prisionero de conciencia. Su traslado a un hospital de reclusos en la capital, y luego al hospital Ameijeiras, no pudo nada contra el deterioro de su salud, ni a la postre con su muerte, hoy 23 de febrero, en horas de la tarde.
Amnistía Internacional lo había incluido en su lista de presos de conciencia, aunque el kafkiano sistema legal fidelista ya se las había arreglado para extender su condena inicial, de tres años, hasta 25 por cargos más frescos de desacato, desorden público y resistencia a la autoridad. No teníamos muertos en huelgas de hambre desde que el poeta Pedro Boitel falleciese en 1972, en un ayuno que también le costó la vida, pero ya saben, sólo era cuestión de esperar un poco.
La primera imagen que guardo en mi mente de una huelga de hambre no es la de Gandhi. Recuerdo la fotografía de Mella, en un libro escolar de historia, con su rostro desencajado mientras ayunaba protestando contra el tirano Machado. Entonces aprendíamos que los héroes de la Revolución pasaban por encrucijadas como esa, que para ellos el ideal de justicia estaba incluso por encima de sus vidas.
Orlando Zapata Tamayo, sin embargo, por el momento no será mostrado a los niños cubanos – ni en los libros, ni en el matutino del colegio – como un ejemplo de hombre íntegro que decide morir por la libertad y las ideas honorables.
Ni siquiera para enlodar su memoria es probable que sea citado en la Mesa Redonda de nuestro aguerrido Randy Alonso y su tropa de choque informativa.
Zapata, uno de los 75 disidentes que en la Primavera Negra del 2003 recibieran largas condenas por el delito de pensar diferente y decirlo en voz alta, se plantó en huelga de hambre en la cárcel del interior donde era considerado delincuente común, y su única demanda era justamente ser tratado como lo que era: un prisionero de conciencia. Su traslado a un hospital de reclusos en la capital, y luego al hospital Ameijeiras, no pudo nada contra el deterioro de su salud, ni a la postre con su muerte, hoy 23 de febrero, en horas de la tarde.
Amnistía Internacional lo había incluido en su lista de presos de conciencia, aunque el kafkiano sistema legal fidelista ya se las había arreglado para extender su condena inicial, de tres años, hasta 25 por cargos más frescos de desacato, desorden público y resistencia a la autoridad. No teníamos muertos en huelgas de hambre desde que el poeta Pedro Boitel falleciese en 1972, en un ayuno que también le costó la vida, pero ya saben, sólo era cuestión de esperar un poco.
La primera imagen que guardo en mi mente de una huelga de hambre no es la de Gandhi. Recuerdo la fotografía de Mella, en un libro escolar de historia, con su rostro desencajado mientras ayunaba protestando contra el tirano Machado. Entonces aprendíamos que los héroes de la Revolución pasaban por encrucijadas como esa, que para ellos el ideal de justicia estaba incluso por encima de sus vidas.
Orlando Zapata Tamayo, sin embargo, por el momento no será mostrado a los niños cubanos – ni en los libros, ni en el matutino del colegio – como un ejemplo de hombre íntegro que decide morir por la libertad y las ideas honorables.
Ni siquiera para enlodar su memoria es probable que sea citado en la Mesa Redonda de nuestro aguerrido Randy Alonso y su tropa de choque informativa.
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El testimonio desde La Habana. Algunas precisiones importantes.
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4 comentarios:
La Patria tiene un astro nuevo: ¡ORLANDO ZAPATA TAMAYO ha muerto, para vivir su propia libertad!
Debiera tener un astro nuevo,
cuando cae en la patria un hombre
que la defiende"
JOSÉ MARTÍ
Un hombre-astro, papalote dueño de su propia libertad
Todos los cubanos hemos podido corroborar hoy que la vida y los anhelos nacionalistas de Orlando Zapata Tamayo fueron siempre de una vocación patriótica y una valentía impresionante, tanto como los del personaje Martino, en el drama indio "Patria y Libertad" (1877), de nuestro José Martí:
Pues él, como el quetzal, al enjaularlo,
muere en la jaula, de dolor y pena.
Martino ansía la muerte una y mil veces
a esclavo ser, sin patria ni bandera.
De ese modo entregó su patriotismo Orlando Zapata Tamayo, en beneficio de la libertad de Cuba. Ni con la muerte pudieron doblegarlo los castristas, porque él prefirió morir como el quetzal, y entregar su alma a la vida eterna por la independencia de su isla, al igual que nuestro Martí, quien siempre consideró que "hay dos vidas, la que se arrastra, y la que se desea", por lo que, no cabe dudas de que Orlando Zapata deseó la única posible, para alcanzar la verdadera dignidad y expresión del ser humano, que es su libertad total. Remedando el mensaje de nuestro Apóstol, puedo decirles hoy que: Un hombre que cae por la patria nueva, como Orlando Zapata Tamayo, es un astro de su infinita libertad.
Banderas a media asta en nuestros corazones, por Orlando Zapata Tamayo, un héroe de la infinita libertad de Cuba.
José Antonio Gutiérrez Caballero
Miami, 23 de febrero del 2010.
Cada dia que pasa nuestra isla bajo la idiotez, descaro y defachatez de quienes la mal gobiernan, cada dia pierde la bandera sus colores blancos, cada dia la estrella es mas negra, cada dia sus franjas mas rojas y negras...
Un terremoto en Haiti ha dejado casi 300 000 muertos ,pero morir sin libertad y por hambre tan solo por pensar y expresarte libremente...Como le les explicamos a nuestros hijos que esto pueda suceder en la isla que tanto amamos a estas alturas de la historia de la humanidad? No tengo palabras.
LA LIBERTAD SE VIVE SIN PERMISO! LA LIBERTAD ES LIBRE!
Un abrazote Wicho.
Alberto.
Mis condolencias a la familia.
Como duele que estas cosas pasen.
Tenchy
Sinceramente no se que decir… es como un eterno retorno de hechos, cosa que siempre he dicho, cuando uno ve la historia de America, se observa constantemente estos actos de protestas y de esos altos manos que prohíben la libre conciencia como hace 40 años en México. Pero este tipo de episodios de individuos como Orlando Zapata Tamayo, para muchos, marcan y marcarán un punto de inflexión en el desarrollo sociopolítico. Por toda esta polución vista y disculpa que lo diga, es una opinión sumamente personal… es ambiguo morir en cuba… amargamente uno muere por que tiraniza la legislación. Zapata fue un activista-político, un candidato mas para la cárcel común… entregó su vida a cambio de crear un poco de conciencia y quizás remover fibras de algún rector. Como mencione antes, México estaba igual, entre las guerras de conservadores y liberales, Francia, España demandando territorio, y sin olvidar el mandato de Santana y el intento de tomar el castillo de Chapultepec... En fin algún día el liberalismo y la libertad de no ser presa de mentes inferiores se dará como ya mencione antes, la mayoría gana. Buena vibra Rodrigo, bello tu texto como siempre.
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