¿Coincidencia?... Expira el plazo que el gobierno prometió como el máximo posible para liberar a los presos políticos - aún aquellos que se niegan a ser deportados permanecen tras las rejas - y de pronto aparece un anuncio que distrae la atención: después de 13 años evadiendo sus propias reglas, por fin la cúpula ha puesto fecha al VI congreso del Partido Comunista de Cuba. Será en abril del 2011, poco después de que concluya el proceso de despidos masivos en el que más de 500 000 trabajadores del área estatal quedarán sin empleo.
Quizás sea un buen momento para ratificar en su cargo a Fidel Castro, ahora que ha tenido visibles mejorías y que, aún con la chochera a cuestas, ha demostrado que ya no depende de una sonda y que puede hablar (leer, preferentemente) más de media hora en una tribuna. Todavía parece una broma tener de máximo líder a un megalómano decrépito (por cierto, ¿alguien sabe en qué paró lo de la guerra mundial?), pero hace un año mantenerlo como Primer Secretario le habría parecido una locura hasta a sus más lambiscones subordinados.
Proletarios de todos los países, no os llaméis a engaño. Esto no será un congreso, será una campaña de reafirmación en la que se manipulará a la opinión del pueblo, como siempre, en función del estatismo gubernamental. El 1º de diciembre comenzará un debate “popular”, para recoger el estado de opinión, pero ojo, este proceso será “a partir de un documento base sobre los lineamientos políticos y sociales del país”, o lo que es lo mismo “vamos a discutir sobre lo que a mí me conviene discutir, ustedes son libres de expresarse siempre y cuando estén de acuerdo con este documento…”
Aquel viejo lema que aseguraba la inmortalidad del partido parece extender su esencia hasta la inmortalidad de sus dirigentes. Un breve vistazo a la cúpula del Consejo de Estado (en el caso cubano una dependencia directa del partido comunista), nos revelará la virtual ausencia de rostros con menos de setenta años de edad. Aquellos que andaban cerca del poder y tenían menos de cincuenta ya fueron purgados, así que la tribuna del futuro VI congreso del PCC será algo así como la cámara hiperbárica de los camaradas inmortales al frente del país.
Los presos políticos negados a marcharse siguen encarcelados. El cardenal Richelieu está demasiado entretenido agradeciendo a Raúl Castro por el nuevo Seminario, así que no había mejor momento para contentar al mundo con cantos de sirena y evadir las verdaderas responsabilidades para con la sociedad cubana… ¿Coincidencia?
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